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Observatorio PSyD

El observatorio opina

21 de Septiembre de 2018

Vanguardia de Ideas 21/09/2018

Isabel Adé Portero
Doctora en Historia Contemporánea


  Manal Al-Sharif, "The Dangers of Digital Activism", The New York Times, September 17th, 2018.    

"As a Saudi Arabian woman who has lived most of her life under one of the last surviving absolute monarchies in the world, the closest I have come to experiencing democracy has been in challenging the status quo through my tweets.  

For activists and citizen journalists in the Arab world, social media has become a powerful way to express dissent, to disrupt and to organize. Digital activism, however, comes at a high price: The very tools we use for our cause can be — and have been — used to undermine us.  

While social media platforms were designed as a way to connect people online, activists used them as technological tools of liberation, devising creative hacks to defy state censorship, connect with like-minded people, mobilize the masses, influence public opinion, push for social change and ignite revolutions. With these opportunities came risks: The more we posted and engaged, the more vulnerable we became, as our aggregated data was weaponized against us. Over time, such data can be used to build an accurate picture not only of users' preferences, likes and behaviors, but also of their beliefs, political views and intimate personal details; things that even their family and friends may not know about them. [...]  

The use of social media is more prevalent than ever in Saudi Arabia. The kingdom has the largest number of active Twitter users and the largest number of generated tweets across the Middle East and North Africa, according to the 2017 Arab Social Media Report. And according to a report conducted by two Saudi researchers at Rutgers University, more than 40 percent of the 6.3 million Saudis on Twitter in 2016 were women. Many of the accounts were anonymous; users pressed for social change and greater gender equality. [...]  

As the activist and computer engineer Wael Ghonim said: "The Arab Spring revealed social media's greatest potential, but it also exposed its greatest shortcomings. The same tool that united us to topple dictators eventually tore us apart." While social media was useful in sparking movements demanding political and societal reforms in 2011, we failed to maintain that momentum, in part because the platforms we have been using are ultimately driven by profit. [...]  

Unless social media giants take real steps toward the fair and safe use of their platforms, we activists will move on to the next best thing — one that allows us to share our dreams without placing us on the auction block."    

https://www.nytimes.com/2018/09/16/opinion/politics/the-dangers-of-digital-activism.html?rref=collection%2Fsectioncollection%2Fopinion&action=click&contentCollection=opinion&region=stream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=64&pgtype=sectionfront      



Antonio Elorza, "La violencia de Dios", El País, Tribuna 11/09/2018.    


"La limpieza étnica que han sufrido los rohinya ha erosionado la imagen del budismo como una religión no violenta, pero no es un hecho nuevo ni en esta religión ni en otras.  

El trágico episodio de la limpieza étnica sufrida por los rohinyá musulmanes en Myanmar (Birmania) ha puesto en entredicho la sinceridad del compromiso de Suu Kyi con los valores humanos. De paso erosiona la imagen del budismo como religión de la no violencia (ahimsa).  


[...] desde que entró en acción el Ejército hace un año, secundado ocasionalmente por gentes budistas, con más de 700.000 rohinyá huidos a la vecina Bangladés, pueblos destruidos y exacciones de todo tipo, Suu Kyi ha optado por encubrir la barbarie militar, después de un prolongado silencio.  

La única circunstancia atenuante consiste en la existencia de un poder dual en Birmania, donde el Ejército mantiene una autonomía plena para sus actuaciones, sin control civil alguno. Su condena por Suu Kyi habría sepultado de inmediato la transición democrática. Solo que eso no la exime de su responsabilidad moral, hasta en detalles formales como mencionar el término rohinyá solo asociado a una lucha armada que califica de terrorista. Será difícil que recupere el aura de ejemplaridad bien ganada desde 1988.  

Por lo demás, esta oscilación pendular entre valores pacifistas y conducta agresiva no es nueva en la historia del budismo.  

[...] la experiencia del Estado islámico ha servido para comprobar cómo la adopción extrema de la violencia no surge en el islam contemporáneo de desarrollos recientes. [...]  

El yihadismo ofrece un caso extremo de violencia religiosa, pero no nació por generación espontánea. Como en tantos otros aspectos, el judaísmo sirvió de antecedente al concebir un Dios todopoderoso que en el Levítico anunciaba: "Vuestros enemigos caerán ante vosotros al filo de la espada". [...]  

El círculo se cierra al reencontrar en el cristianismo valores de compasión cercanos de Buda, hasta el punto de ser éste cristianizado en la leyenda medieval de Barlaam y Josafat. Pero como en el budismo la violencia penetró con fuerza —ejemplo, las Cruzadas—, y culminó tanto en el catolicismo tridentino como en el De servo arbitrio de Lutero que inaugura el camino hacia el Gott mit uns prusiano. Hoy, bajo el pacifismo de Francisco, sobrevive en la concepción reaccionaria posconciliar, poderosa en España, con un Dios que desde su infinitud se impone al hombre, cercado siempre por el Maléfico. Desaparece el Cristo evangélico como Dios que se hizo hombre y condenó el sacrificio, la violencia, abriéndose a la libertad.  

https://elpais.com/elpais/2018/08/28/opinion/1535475279_884522.html

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