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Observatorio PSyD

El observatorio opina

21 de Mayo de 2014

Una prospectiva sobre la actual Ucrania

Jorge Garris Mozota
Comandante de Ingenieros
Doctor en Historia. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología.

Hace un tiempo se escribió en el artículo publicado en este observatorio:”La intrincada situación en Ucrania”, del mismo autor, la posibilidad de que este país acabara fragmentándose debido a la doble presión interna y externa de determinados sectores pro-rusos en las regiones del Este, así como la del gobierno de Rusia, que deseaban la solución “federalizante”, para conseguir un mayor control sobre estas ricas regiones, no ajenas al control de las mafias ucranianas y rusas.

El 16 de marzo de 2014, se celebró un referéndum en la península de Crimea, tras la revuelta del “Euromaidan” con epicentro en Kiev y que acabó con el desalojo del gobierno de Víctor Yanukovych, en el que un 96,77% de la población crimeana deseaba reintegrarse a la Federación Rusa, iniciando la primera fragmentación territorial de Ucrania. La comunidad internacional asistió a la cadena de acontecimientos que condujeron a dicha acción con estupor y perplejidad, esperando los posteriores no sin cierta impotencia. El 18 de marzo se firmó en la ciudad de Moscú el acuerdo de reunificación de la República de Crimea con la Federación Rusa. Ésta no sólo se aseguraba la ciudad y puerto de Sebastopol, base naval importantísima para el control del mar Negro, frontera de la OTAN en la región balcánica, sino que se hacía con toda una península en dicha zona que le permitía mantener los accesos al mar de Azov. El antecedente histórico que motivaba dicha actitud fue la decisión del mandatario soviético Nikita Jruschov de transferir Crimea a Ucrania en el año 1954, una península de amplia mayoría étnica rusa junto a otras, como la tártara, que bien conoció el castigo de Stalin por su colaboración con el Eje en la Segunda Guerra Mundial.

A consecuencia de la acción de grupos pro-rusos en el Este del país y envalentonados por todo lo anterior, se incrementaron las acciones hostiles contra las respectivas autoridades ucranianas de  Donetsk, Luhansk, Dnipropetrovsk y Odessa. Se significa que, según sondeos de opinión pública realizados por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev, el Instituto Republicano Internacional y el Instituto de Investigación Social de Donetsk y Análisis de Políticas, en diversos meses del año 2014, en unos porcentajes que iban desde 4% al 33,2%, según se tratara de la secesión de la región de Ucrania o la anexión total de ésta por parte de la federación Rusa, se mostraban proclives a estas tendencias. Dichos estados de opinión, aunque no fueran aplastantemente mayoritarios, proporcionaban una herramienta de presión sobre el gobierno de Kiev por parte del de Moscú. El interés principal, el control geopolítico; la excusa, el paneslavismo. Tras los intentos de celebrar elecciones en la región de Donetsk, y las reacciones del gobierno ucraniano, esta región separatista proclamó su independencia no reconocida el 7 de abril del 2014, enarbolando su nueva bandera.

Hasta estas líneas un breve recorrido por los convulsos acontecimientos que están acaeciendo en el país de la Europa Oriental. Pero, ¿conocemos el trasfondo histórico de todo ello aparte de los intereses actuales geopolíticos?

Ucrania debe ser entendida situándose en el período histórico de la I Guerra Mundial y de la Revolución Bolchevique de 1917, ya que de esta última nacieron los soviets de Donestsk-Krivoy Rog, definidos territorialmente por las cuencas mineras de Donbass y Krivoy Rog, así como los de la República Popular de Ucrania y la República Soviética de Odessa. En la ideología bolchevique los territorios no eran organizados en función de su identidad nacional, algo que se consideraba reaccionario y burgués, sino conforme a las características socioeconómicas comunes. De aquí que desde la constitución de la República Socialista de Donetsk-Krivoy Rog, hubo una acentuada y clara tendencia a no pertenecer a la República Popular de Ucrania y a considerar las cuencas de Donbass como unidades separadas de Ucrania. Este sentimiento se mantuvo incluso cuando se hizo caso omiso de coordinar todas las fuerzas armadas de las repúblicas soviéticas del territorio ucraniano ante la invasión de las tropas austro-alemanas en 1918 que, ocupando dicho país, lo organizó como un protectorado “Hetmanato” de Ucrania.

El Soviet de Defensa que resultó del II Congreso de los Soviets de toda Ucrania celebrado en marzo de 1918 para luchar contra el enemigo común austro-alemán, encargó al, a la sazón,  comisario de las nacionalidades, Iósif Stalin, acabar con la República de Donestsk-Krivoy, lo cual sucedió. Después vendría la II Guerra Mundial, la creación del Ejército Insurgente Ucraniano antibolchevique y el Ejército de Liberación Ucraniano, colaboraciones con los nazis en las Waffen SS, al margen de que estos últimos pensaran en esa Ucrania como futura zona de repoblación germánica con esclavos eslavos, y las posteriores deportaciones de ucranianos, tártaros y alemanes realizadas por el régimen estalinista al acabar la guerra.

Con todo ello y observando las relaciones de dependencia y de motricidad entre los diferentes actores que intervienen como variables de una matriz estructural y en aplicación del análisis MACTOR, con las interrelaciones directas e indirectas entre variables, resultan varias prospectivas con respecto a la situación actual que se vive en Ucrania.

Si la OTAN, y la UE con ella, pretendió ampliar sus fronteras hasta llegar a Rusia, esta última ha frenado el avance y se dispone a reforzar en toda su periferia las zonas donde existen minorías étnicas rusas, a saber; Estados Bálticos, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.

De igual modo, los enfrentamientos entre el Ejército Ucraniano y los separatistas pro- rusos evidencian un choque no sólo entre los ucranianos pro-occidentales y los últimos, sino entre los propios ciudadanos de las regiones del Este que no quieren separarse de Ucrania. Si la crisis deriva en un ataque de mayor intensidad contra las milicias pro-rusas y las tropas de la Federación Rusa desplegadas en la frontera avanzaran hasta tomar posiciones dentro de las regiones del Este que se van independizando, nos encontraríamos con un status quo diferente y un avance de las fronteras rusas sobre antiguo territorio ucraniano. El Ejército Ucraniano y el ejército Ruso quedarían posicionados frente  a frente, peligroso escenario.

Seguiremos con atención el desarrollo de los acontecimientos.

Zaragoza, a 6 de mayo de 2014









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