Cátedra Paz, Seguridad y Defensa

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Observatorio PSyD

El observatorio opina

10 de Enero de 2013

Operatividad militar, nivel tecnológico y capacidad industrial

Col. Carlos Calvo González-Regueral
Jefe del Estado Mayor. Brigada Logística

Como es tradicional en los primeros días de cada año, y gracias a la celebración de la Pascua Militar el día 6 de enero, la Defensa y las Fuerzas Armadas son fuente de noticias y reflexiones en los medios de comunicación con una intensidad mayor que en otras épocas del año.

La comparecencia del Ministro de Defensa en el Congreso sobre las misiones exteriores realizada el pasado 27 de diciembre y su posterior intervención el día 6 de enero ante S.M. El Rey, junto con declaraciones a los medios tanto del titular del departamento como del Jefe de Estado Mayor de la Defensa nos ofrecen algunas claves que parece oportuno analizar.

La sombra de la crisis económica planea, como no podía ser de otra manera, sobre el inmediato futuro que espera al Ministerio y los Ejércitos, y se reconoce en la Directiva de Defensa Nacional como la principal amenaza a la seguridad nacional entendida esta en el sentido más amplio.

Desde el punto de vista militar tres son, a nuestro juicio, los factores que se ven influidos directamente por la situación que estamos viviendo: la capacidad operativa de los Ejércitos, el nivel tecnológico de los sistemas de armas tanto de los que están en servicio como de los posibles nuevos que puedan entrar en servicio y, por último pero no menos importante, la capacidad de la industria nacional para proporcionar a nuestros Ejércitos los medios que necesitan para cumplir sus misiones. Evidentemente estos factores están directamente relacionados entre sí, pero a su vez, están claramente influidos por la capacidad financiera que tenga el Ministerio de Defensa en cada momento.

Desde el punto de vista de la operatividad se apunta en primer lugar una reconsideración de la presencia de unidades en el exterior. Esto no implica un abandono de la participación de personal o unidades militares en operaciones. En las intervenciones de estos días se nos anuncia que España continuará contribuyendo a la estabilidad y a la seguridad internacionales como elemento potenciador de la credibilidad de España de cara a otros países en consonancia con nuestro nivel de ambición y nuestra responsabilidad en el campo internacional. No es menor el efecto que la participación en operaciones tiene en la consideración que tienen los españoles de las propias FAS, y a la que otorgan una alta valoración, en buena medida en reconocimiento al papel que desempeñan nuestras unidades en el exterior. El inicio del repliegue de las Unidades que operan en Afganistán o en Líbano no implica necesariamente un abandono total de nuestra presencia en esas zonas, sino que lo que parece que se está planteando es una reconsideración de nuestro papel en ellas o una reorientación hacia zonas más prioritarias como puede ser el caso del Sahel.

Desde el punto de vista orgánico ya se han iniciado determinadas actuaciones para reforzar la estructura operativa de las Fuerzas Armadas en los espacios de actuación “comunes o globales (cíber, marítimo y aéreo)”[1]. La creación, por Orden Ministerial del pasado 4 de diciembre, de los Mandos de Seguridad Marítima y de Defensa Aérea puestos a disposición del JEMAD son un primer paso importante, aunque se echa en falta la presencia de componentes terrestres en los mismos. El anuncio de la creación de un Mando de Ciberdefensa, en línea con otras iniciativas europeas de muy reciente implantación, puede abundar en el aprovechamiento de estructuras específicas ya existentes, tanto en los Ejércitos como en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero sobre todo en un impulso tecnológico que no debemos abandonar para mantener un nivel de respuesta a las amenazas actuales que, cada día con mayor frecuencia, aprovechan las posibilidades que ofrece la tecnología.

En este sentido, el impulso tecnológico recibido en las últimas dos décadas no debe perderse para mantener el nivel que nuestra Defensa necesita y para evitar que las inversiones realizadas en el pasado sean baldías. El mantenimiento de las capacidades alcanzadas se convierte en fundamental, centrándonos en lo realmente necesario y eliminando obsolescencias en aquellos campos no prioritarios, mientras que no se pueda invertir en nuevos sistemas.

La recuperación de esa capacidad inversora, difícil a corto plazo pero no imposible, se convierte en una necesidad primordial. El ajuste de la fuerza debe realizarse sin disminuir nuestros niveles de seguridad hasta límites inasumibles. Dónde parece que existe una mayor voluntad y capacidad de actuación es, sin embargo, en la “reforma paralela en los órganos que gestionan la administración de los recursos y la preparación y el apoyo”[2], de tal manera que eliminemos redundancias sin perder capacidad militar. Determinadas actuaciones en el ámbito administrativo y de apoyo permitirán liberar recursos que puedan, poco a poco, permitir recuperar la capacidad inversora a la que aludimos y que es muy necesaria tanto para las FAS como para la industria de defensa. Las actuaciones en infraestructura son tan sólo el ejemplo más inmediato, de tal manera que se permita reducir el gasto corriente para liberar recursos económicos que puedan destinarse a otras necesidades.

Nuestra capacidad industrial en los últimos años ha alcanzado un nivel muy aceptable y de excelencia en algunos nichos tecnológicos, que no debe ponerse en riesgo. La prioridad como se anuncia es abordar los compromisos adquiridos hasta la fecha. El apoyo a la actividad empresarial en el exterior es otro de los ámbitos desde donde se están haciendo esfuerzos. Pero no debemos olvidar que, como a menudo recuerda un alto directivo de una importante empresa tecnológica, el mejor apoyo son los contratos.

Capacidad militar, nivel tecnológico y capacidad industrial son los vértices del triángulo que se nos ha anunciado y cuyas dimensiones dependerán de la capacidad financiera que tenga el Ministerio de Defensa, y que actualmente “está en una situación especialmente límite”[3]. Para mejorarla, los niveles presupuestarios están claros y debe actuarse en otras direcciones para obtener el máximo rendimiento de lo que se nos asigna sin poner en riesgo el músculo que garantiza nuestra seguridad.

Zaragoza, 10 de enero de 2013.
[1] Almirante General Fernando García Sánchez. FORTALECER A ESPAÑA. La Razón. 6 de enero de 2013.
[2] Palabras del Ministro de Defensa ante Su Majestad El Rey. Nota de prensa. www.defensa.gob.es Consultada el 9 de enero de 2013 a las 19.00 horas.
[3] Entrevista al Ministro de Defensa don Pedro Morenés. ABC. 6 de enero de 2013.

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