Cátedra Paz, Seguridad y Defensa

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Observatorio PSyD

El observatorio opina

15 de Mayo de 2013

Los pasos para la estabilización de Somalia

Marta Fernández Sebastián
Máster en Política Internacional

Archivado como: Cuerno de África

El pasado seis de abril de 2013, España cedía el mando operativo de la operación Atalanta a las fuerzas navales portuguesas que durante cuatro meses serán los encargados, junto con el resto de fuerzas internacionales que operan en la zona, de mantener el orden en las aguas del Índico.

Los antecedentes de la Operación Atalanta se remontan al 19 de septiembre de 2008, día en que el Consejo de la Unión Europea aprobaba a través de la Acción Común 749, la creación de una Célula de coordinación naval, llamada EU NAVCO “para coordinar de manera óptima el uso de los medios navales y aéreos desplegados en la costa de Somalia por distintos estados miembros”[1].

Dos meses más tarde, el 10 de noviembre de 2008 la Unión Europea daba un paso más en la lucha contra la piratería ya que en respuesta a las Resoluciones 1814, 1816 y 1838 de Naciones Unidas y a través de la Acción Común 851 nacía la operación militar naval EU NAVFOR Somalia, comúnmente conocida como Operación Atalanta. De este modo, el 8 de diciembre de 2008, el Consejo de la Unión Europea aprobaba su Decisión 919 con la que autorizaba el lanzamiento de la Operación cuya función principal era la de “dar seguridad al tráfico marítimo en el mar fallido de Somalia”[2].

Son ya casi cinco los años en los que no sólo las fuerzas de seguridad de la Unión Europea, sino también las de la OTAN, así como un despliegue de fuerzas internacionales en las que destacan las de  Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, Japón, Rusia, Irán, Arabia Saudí o la India, operan en el Índico con el fin de poner fin a los ataques perpetrados por los piratas somalíes.  

Tanto las cifras ofrecidas por el International Maritime Bureau (IMC), organismo dependiente de la Cámara Internacional de Comercio, para el año 2012, como las declaraciones que el contraalmirante Pedro García de Paredes hacía en el relevo de su cargo como responsable de la operación Atalanta son muy positivas respecto a la lucha contra la piratería  y muestran un importante descenso de la actividad en la zona. De este modo, según indica el IMC hemos pasado de 197 ataques e intentos de ataques piratas en las zonas del Golfo de Adén y Somalia registrados en el año 2009 a tan solo 62 en el 2012 que, aunque bien es una cifra nada despreciable, se aleja muchísimo de las registradas en los comienzos de Atalanta.

Teniendo esto en cuenta, cabe destacar la efectividad del trabajo que las fuerzas militares están teniendo en la zona. Tanto es así que la operación se ha extendido hasta diciembre de 2014. No obstante, llegados a este nivel, cabe cuestionarse hasta qué punto está realmente solucionado el problema de la piratería en Somalia. En este sentido, tanto las palabras del número dos de la fuerza Naval Europea, Eric Dupont, como las del propio contralmirante García de Paredes delatan que la piratería sigue siendo una amenaza real. Ambos consideran que los piratas siguen activos y que de poner fin a la misión en 2014 habría que volver a los pocos meses. La razón principal es que el problema de la piratería aún no está resuelto, pues no basta con combatirla en las aguas del Índico, sino que también hay que combatirla en territorio somalí y con todos los medios que pongan fin a la actividad delictiva. Medios que pasan por dar solución a los problemas económicos, políticos y sociales de la región.

La Comunidad Internacional encabezada por Naciones Unidas también es consciente de esta situación, de ahí que desde principios de 2011 se hayan empezado a considerar una serie de medidas en todos los ámbitos posibles y que deben complementar a las acciones militares que se vienen desarrollando en la zona. De este modo, el 25 de enero de 2011 veía la luz el informe que Jack Lang, exministro francés y Consejero Especial de Naciones Unidas para los Asuntos Jurídicos vinculados con la piratería en las aguas de Somalia, había elaborado al respecto. En él proponía una “somalización de las soluciones” para que estas fueran más efectivas, lo que debe traducirse en hacer partícipe a Somalia de todas las decisiones que se tomen y de su forma de implementarlas.  Esta “somalización” se aplicaría en tres ámbitos: económico, de seguridad y jurídico-jurisdiccionales y supondrían un incremento del desarrollo de actividades alternativas a la piratería, tales como la agricultura, ganadería, aumento de actividad en los puertos y un desarrollo de las telecomunicaciones y servicios. Además, se fomentaría la creación de un cuerpo de policía somalí, implicado en la lucha contra toda actividad ilícita y la creación de Tribunales mixtos, es decir, tribunales nacionales constituidos bajo cobertura de pseudomandato internacional y que se localizarían en las regiones de Somalilandia y Puntlandia junto a otro extraterritorial en Arusha (Tanzania) con reconocimiento internacional. Eso sí, todas estas medidas se realizarían salvaguardando la soberanía de las autoridades somalíes en su territorio.

Este primer informe redactado por Lang abría la puerta a la esperanza, no solo en la lucha contra la piratería, sino en la regeneración de Somalia. Sin embargo, la compleja situación interna de luchas intestinas por el poder y el recelo que sienten a la intromisión de potencias extranjeras en asuntos del país hacen muy complicado la adopción de estas medidas. Aun así, y tras dos informes más redactados por Lang, Somalia está demostrando una verdadera voluntad de cambio. De este modo, el 10 de septiembre de 2012 se elegía a Hassan Sheikh Mohamud como presidente del país, el primero elegido de forma popular desde la independencia de Somalia lo que supone un primer paso para el establecimiento de unas estructuras estatales viables.

De momento, y en lo que a materia de piratería se refiere, Somalia ya permite la persecución de los piratas en tierra. Además, los territorios de Somalilandia y Puntlandia han comenzado a juzgar a imputados por actos de piratería, aunque aún queda mucho por hacer en lo que respecta a la aplicación de leyes y derechos.

En lo que aún no se ha podido avanzar es en la creación del tercer Tribunal extraterritorial de Arusha al oponerse las autoridades somalíes por el recelo antes mencionado a la intromisión de potencias extranjeras en sus asuntos. También se ha producido un avance en el compromiso de las islas Mauricio para acoger a detenidos por piratería.

Como podemos observar,  aunque aún queda mucho por hacer, ya se han empezado a dar los primeros pasos para acabar con la piratería en aguas del Índico, un fenómeno que todavía hoy amenaza no sólo a la futura estabilidad de Somalia, sino a la paz y estabilidad de la región. 

Madrid 15 de mayo de 2013


[1] MINISTERIO DE DEFENSA-ARMADA ESPAÑOLA. [En línea]: http://www.armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_especiales/prefLang_es/pirateria--01_pirateria--02_comunidad_internacional_es (Consultado el 08/05/2013). [2] Ibídem.

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Comentarios

15 MAY 2013

Francisco Rubio Damián:
Como muy bien indica la autora, el problema de la piratería en el Golfo de Adén y Somalia requiere soluciones complejas que, sustentándose en las operaciones navales de la EUNAVFOR y de otras fuerzas internacionales, así como en las actividades de instrucción de la EUTM Somalia, aporten un enfoque más amplio y multidisciplinar. En esta línea de actuación, es de destacar los progresos realizados por la Unión Europea, particularmente desde la aprobación en noviembre de 2011 de su Strategic Framework for the Horn of Africa.

Gracias a la relativa mejora del contexto regional, el enfoque europeo ya no se limita, con ser fundamental, a conseguir y mantener una situación estable y segura. La estrategia para la región ha ampliado el alcance de sus objetivos, que ahora incluyen áreas tan importantes como la prosperidad, la justicia, las prácticas de buen gobierno (principios democráticos de inclusión, imperio de la ley y respeto por los Derechos Humanos) y el desarrollo socio-económico, basado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU.

Las cinco prioridades de la estrategia europea para la región son: desarrollar estructuras políticas sólidas y responsables; contribuir a la resolución y prevención de conflictos; disminuir el nivel de amenaza generado en la región; promover el desarrollo económico, y apoyar la cooperación regional. Esta estrategia ya ha materializado actuaciones concretas que se añaden a las actividades militares de EUNAVFOR y EUTM Somalia, entre las que destacan el nombramiento de un Representante Especial para el Cuerno de África, el establecimiento de la misión civil de capacidad marítima EUCAP Nestor, la donación de fondos de desarrollo, la ayuda humanitaria y otras.
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