Hace unos días tuve la oportunidad de leer un documento titulado “La futura força de defensa de Catalunya”. Dicho documento fue publicado con fecha 1 d abril de 2013 y trata acerca de la creación de las futuras Fuerzas Armadas del hipotético estado catalán y estaba editado por el Centre d´Estudis Strategics de Catalunya/ Strategic Studies Center of Catalunya (CEEC). Posiblemente, este informe es ya conocido por un buen número de lectores y serán sin duda numerosas las opiniones sobre él realizadas, pero no me resisto a dar también mi impresión al respecto y que podría resumir en dos palabras: sorpresa y decepción.

No voy a entrar a discutir la relevancia del mencionado “Studies Center”: desconozco su repercusión mediática o su capacidad de influencia en el ámbito de los ciudadanos de Cataluña. Tampoco califico su calidad técnica o su impacto en el mundo académico y también  ignoro, aunque puedo intuir, sus fuentes de financiación. Pero del mismo modo y después de haber leído el citado documento, me arrogo el derecho de manifestar mi opinión  y me atrevo a definirlo como imprudente e inoportuno.

El análisis técnico del informe ha sido suficientemente realizado por expertos y la crítica poco positiva ha sido mayoritaria, tanto en el fondo y como en la forma, especialmente en aquellas peculiaridades vinculadas al punto de vista ultranacionalista que antepone el ser al estar y el pedigrí al curriculum. Por lo tanto, mi contribución no aporta nada nuevo, salvo recordar que la creación de una Força/Fuerza, por muy futura que sea, se plantea con el objetivo de agrupar medios humanos y materiales para poder realizar operaciones militares. Pero quiero explicar el porqué de mi decepcionante sorpresa sobre este imprudente documento nada oportuno.

No hay que ser un consumado demócrata para entender, compartir y apoyar que, en una sociedad libre como la española, todas las personas tienen derecho a poder expresarse libremente. De la misma manera los ciudadanos del estado español pueden sentirse más o menos vinculados con el proyecto común de España como nación y, por supuesto, pueden realizar todo tipo de iniciativas sociales y políticas para defender y manifestar su postura; incluso la propuesta, pienso que equivocada,  de creación de un nuevo estado. Pero desde mi punto de vista hay que ser muy cautos a la hora de poner ciertos temas encima de una mesa y menos todavía darles publicidad, salvo que importe poco romper el marco de convivencia pacífica y democrática de una sociedad. Creo, sinceramente, que plantear la formación de una fuerza militar de “nascuts a Catalunya”[i] con capacidad de realizar operaciones militares, entiendo que dentro y fuera de Cataluña, me produce sorpresa intelectual por lo inesperado   y honda decepción por esta inexplicable tentativa belicista.

En un mundo global que apuesta por promover la paz, la seguridad y la estabilidad internacional, y donde los riesgos y amenazas para la seguridad de los estados requieren respuestas asociativas, coordinadas y multinacionales, documentos que impulsen la creación de un nuevo ejército en la España de la Unión Europea con capacidad para enfrentar entre sí ciudadanos españoles y europeos, (porque si no, qué otro objetivo puede tener),  es  una tremenda imprudencia que podría llegar a tener repercusión en nuestra solvencia como socios  fiables en las organizaciones internacionales relacionadas con la seguridad y defensa.

Y por último, considero que no se puede ser más inoportuno.  En la Estrategia de Seguridad Nacional 2013, la inestabilidad económica y financiera se incluyen como uno de los principales riesgos y amenazas actuales para la seguridad nacional.  Toda actuación que pueda repercutir negativamente en la imagen de Cataluña produce inestabilidad económica y financiera para los catalanes y, por tanto, para los españoles. Que haya publicaciones que avivando la corriente secesionista propongan la creación de un ejército catalán provoca repulsa y miedo. Dudo que así se impulse el estado catalán;  lo que sí impulsa es la desconfianza hacia Cataluña y pueden hacer inútil el esfuerzo que millones de catalanes están haciendo para salir de la crisis económica y contribuyendo a que España sea a un país próspero, solvente y fiable.

[i] Nacidos en Cataluña.

Zaragoza a 20 de junio de 2013