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Observatorio PSyD

El observatorio opina

10 de Abril de 2015

La caída de los precios del crudo: ¿Una reedición de la crisis de 1974 o muy al contrario?

Fernando Martín Cubel
Master en Relaciones Internacionales.
Miembro de SEIPAZ

Financial Times informa en su edición de 24 de febrero de 2015, que los costes de extracción del crudo en el Mar del Norte empiezan a generar una honda preocupación para un país como Noruega, las inversiones en este campo pueden verse comprometidas; en el caso estadounidense comienzan a darse situaciones de inviabilidad financiera y económica en el coste de extracción a través de la industria del fracking, mantener un precio aproximado a los 75 dólares resulta muy complicado en el actual escenario energético. Vladimir Putin a finales del año 2014 realizó un coloquio-debate con periodistas y retransmitido al conjunto de la nación, en el que afirmó que los próximos años serían duros para la economía y la sociedad rusa: los efectos sobre la economía rusa están siendo fulminantes ya que abarata los contratos de suministro de gas que, en muchos casos, tienen sus precios indexados a los del petróleo, la bolsa rusa acumula un descenso del 33% desde comienzos de año. El índice bursátil RTS está cerca de de los 971 puntos, el menor nivel desde 2009, y se está produciendo una desbandada de inversores, los bonos rusos a dos años cotizan al 10,8% y los títulos a 10 años al 10,5%, marcando récords históricos, la inflación está en el 8,3%, lejos del objetivo de las autoridades que es del 4%, mientras el acuerdo energético con China no tendrá su plena materialización hasta 2018. El Sr. Maduro, a la sazón, el líder de Venezuela ha llevado a cabo su particular tournée internacional por Arabia Saudí, Catar, Rusia e Irán entre otros, buscando apoyos financieros y económicos para su maltrecha economía venezolana que atada en sus ingresos fiscales al petróleo, acumula según los últimos datos un déficit del 14% y en sus presupuestos para 2015 ha estipulado un barril a un precio de 60 dólares, si no recorta nada o no genera ingresos nuevos (que es francamente difícil), podría alcanzar un déficit de 24 puntos del PIB, lo que resulta insostenible para el régimen chavista, y a todo ello se une la recuperación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU que obviamente perjudica los intereses del chavismo oficial, las últimas noticias nos hablan de la detención del alcalde de Caracas; para países como España, un país absolutamente dependiente del crudo, ha visto significativamente reducida su factura energética en al menos 7.000 millones de euros y ello le permite sobre el papel dedicar este ahorro a otros esfuerzos de gran importancia para la salida de su grave crisis económica y social,  no olvidemos que las previsiones para 2015 se aproximan a los 15.000 millones de euros en dicha factura. A comienzos del 2015, Chevron cancela un proyecto de exploración de 10.000 millones de dólares para buscar gas de esquisto en Ucrania. El Gobierno de Kiev contaba con ese proyecto para estimular su renqueante economía y reducir su dependencia del gas ruso, mientras PEMEX debe hacer frente a un recorte de 4.000 millones de dólares en su presupuesto, el régimen de los ayatolás persas, motivado por las consecuencias del régimen sancionador unido a la caída  sustancial del precio del crudo busca acelerar la solución al programa nuclear iraní,  necesita un barril del petróleo por encima de los 100 dólares; mientras tanto, India ha aprovechado la bajada de los precios del petróleo para recortar las elevadas subvenciones que paga por el consumo de gasóleo al igual que Indonesia. Hace tiempo que se sabía que esas ayudas eran perjudiciales, pero suprimirlas resultaba impopular desde el punto de vista político, y, todo ello, sin olvidar las diferencias surgidas dentro de la propia OPEP, los países del Golfo Pérsico tienen las mayores reservas de petróleo del mundo, y el tiempo juega a su favor ya que la producción no convencional se estancará a partir de 2020 para declinar en la segunda mitad de esa década y durante los próximos años Arabia Saudí seguirá jugando un papel clave en el suministro de petróleo ante un producto como es el crudo tan barato, no olvidemos que llegó a marcar los 45 dólares y ha perdido un 40% de su valor inicial de 2014, otros socios del grupo no están de acuerdo con la posición saudí dentro de la OPEP.  

La lógica de las situaciones de crisis energética hasta ahora se fundamentaba en un aumento de los precios de las materias energéticas, motivadas por muy diferentes razones: en 1974, cuando la OPEP redujo la producción para hacer que el precio del barril pasara de 25 a 50 dólares. También lo que pasó en el año 1979, cuando la revolución del Ayatolá Jomeini en Irán, hizo que el barril llegara a los 110 dólares y es también es lo que pasó en 2008, cuando la extraordinaria demanda de China hizo que el precio pasara de 70 a 140 dólares en pocos meses. Hoy día hay un exceso de casi dos millones de barriles de petróleo, factores como la incorporación de EEUU como productor neto de petróleo con una producción estimada de 11 millones de barriles de petróleo diarios -sin olvidar a Canadá que también inicia un ciclo productor muy interesante en el ámbito del petróleo y el gas- permite un alto grado de autonomía y menor dependencia exterior que conlleva una cierta readaptación en sus acciones y proyecciones estratégicas estadounidenses; también, zonas que hasta ahora resultaban ser unos mercados de fuerte demanda, han sufrido serios descensos en sus peticiones como es el caso de China y también de Europa Occidental, o la difícil situación que los países BRICS están pasando, en especial Brasil, y todo ello sin olvidar la emergencia de países africanos como Angola, Nigeria, Ghana que intentan de forma urgente dar salida a su producción a los mercados asiáticos de por sí saturados por la oferta energética. Mientras, y a la espera de una próxima reunión de la OPEP en las próximas semanas, Arabia Saudí, junto algún que otro país del Golfo Pérsico, y contando con importantes reservas financieras, cercanas a los 750.000 millones de dólares, se presta a un juego sencillo por mantener unos bajos precios del crudo, a una no readaptación del mercado energético y a asumir las consecuencias que esta “crisis” está provocando, está previsto que su factura resulte un montante total de 39.000 millones de dólares en 2015, es fácil entender su relativa seguridad.

Esta lógica se ha visto modificada respecto al nuevo tipo de “crisis energética”, ya que ahora se fundamenta en un auténtico desplome de los precios energéticos y en un negativo impacto sobre determinados productores energéticos cuyos costes son inasumibles en estos momentos, con la necesidad de lograr que el barril del petróleo se sitúe por encima de los 100 dólares para al menos equilibrar sus balanzas fiscales: Irán, Venezuela, Rusia, entre otros. Y con una falta de reservas económicas que les permita durante un tiempo hacer frente a esta difícil situación. En este caso los grandes beneficiados son los países netamente importadores que ven como sus facturas energéticas se ven día a día reducidas y les permite realizar otras políticas sobre la base de este sustancial cambio en la realidad energética mundial desde mediados del 2014. En el caso del espacio europeo puede aprovechar este momento para intensificar los procesos de transición energética y negociar los precios del gas, manteniendo por un lado los costes bajos y mejorando sus capacidades de competitividad, junto a un posible “nuevo diálogo” con Rusia que permita establecer nuevas líneas de análisis y trabajo, así como ser capaces de solucionar los enfrentamientos abiertos. También, para Rusia el conjunto de sus proyectos de “grandeza” pueden quedar en el aire, y en este caso el intento de crear la Unión Euroasiática, y no olvidemos de la perentoria necesidad de un precio del crudo acorde a los ingresos básicos que sean una base consistente de la grandeza política puesta en marcha por Vladimir Putin, a lo mejor el discurso de Munich 2007 ya no nos sirva de referente. Esta crisis debe ayudar, en esta especie de intermedio ya que será lógicamente un período corto de bajos precios, a los países consumidores a rediseñar sus políticas energéticas y de consumo, a la reformulación de avances significativos en la eficiencia energética, en reformular nuevos modelos de consumo y desarrollo, pero también, no debe sin duda dejarnos de preocupar la influencia que pueda en un futuro no muy lejano los conflictos como el sirio, libio, o en su caso la inestimable fragilidad de países como Nigeria, así como la fractura que en una organización como la OPEP se ha producido. Los mercados no son capaces de absorber la oferta existente en crudo, la bajada de los precios tiene un impacto negativo con el parón de proyectos nuevos, refinerías, extracciones …, entre otros, las grandes compañías energéticas comienzan a dar preocupantes señales de peligro, sus cotizaciones en bolsa se desploman, nadie escapa a esta crisis que en estos momentos no tiene visos de terminar, y consecuentemente, generar una cierta estabilidad entre la demanda y oferta, como siempre deberemos esperar a un conjunto complejo de decisiones políticas, financieras, a la modificación de las realidades comerciales y de consumo, y sobre todo a las consecuencias derivadas de dicha bajada de precios en el siempre difícil y diverso tablero global de las relaciones internacionales que en estos momentos está viéndose muy directamente afectado, sin duda la geopolítica de la energía es unas de las realidades más significativas de nuestro mundo y sus consecuencias son reales y globales.

10 de abril de 2015









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