Finaliza el mes de mayo en las tierras británicas, y mientras el verano comienza a asomar dulcemente, la realidad política, social e institucional no va acorde a la llegada de esta nueva estación tan maravillosa, más bien la misma da señales de un claro deterioro en lo que llevamos de 2019. Los actores que representan el poder político expresan una clara incapacidad en establecer espacios de consenso y acuerdo ante la realidad poco alentadora del Brexit y sus consecuencias domésticas. Tras el acuerdo de finales de 2018 entre la UE y GBR, y aunque bien es verdad que, en un principio, este pacto entre las dos partes parecía suponer un mayor desgaste para el proyecto europeo que para la propia realidad británica, el transcurso de los días, semanas, de las mismas horas…, están manifestando todo lo contrario. Las sucesivas votaciones por parte del poder legislativo británico que han estado dando al traste con el acuerdo y la puesta en marcha del Brexit, han generado un desgaste del capital político del gobierno conservador con la consecuencia final en la dimisión de la hasta ahora Primera Ministra Theresa May – tras los resultados de las elecciones locales en Inglaterra e Irlanda del Norte así como la falta de acomodo dentro de las filas tories de sus propuestas para desbloquear el atolladero del Brexit, y sin olvidar los nefastos resultados de las elecciones al Parlamento Europeo-; mientras, el líder laborista Geremy Corbyn quien por suerte no ejerce el poder del país, se encuentra con un partido igualmente dividido, y con una imagen que no da muestras de un fuerte liderazgo frente a los retos que supone la activación del Brexit consensuado entre UE y GBR, miembros de las filas laboristas en estos últimos meses han dejado el partido para crear nuevas opciones políticas en el país- el desgaste en las elecciones locales y europeas no son tan sonados como en el caso tory, pero reflejan una clara tendencia de desazón en el laborismo británico. Y, junto a ello, la opinión pública británica que siente una profunda desconfianza ante esta realidad de desgaste y desconfianza entre los baluartes políticos de la estabilidad de la nación, algo que genera alarma.

Pero, las circunstancias y los hechos están en estos últimos meses dando cuenta de todo ello. Por una parte, el acuerdo último con la UE sobre la futura salida del país británico refrendado en la cumbre extraordinaria[1] de Jefes de Estado, de 10 de abril de 2019, en la que se adoptaba  la propuesta de una nueva prórroga del artículo 50 de la TUE –con fecha de 30 de octubre de 2019-, por tanto en la próxima Comisión Europea no hay posibilidad de asientos para los británicos. Dicha prórroga suponía que el Reino Unido se veía obligada a participar en las elecciones del Parlamento Europeo del mes de mayo, salvo que el país hubiera alcanzado antes de dicha fecha –algo que no sucedió-, ya que ni laboristas ni conservadores alcanzaban un acuerdo. Por otra parte, a comienzos del mes de mayo se llevaron a cabo las elecciones locales de Inglaterra e Irlanda del Norte, que comportaron unas fuertes pérdidas de votos en el conservadurismo y laborismo británicos. En el caso de los tories, con mayor representación local (3.562 concejales) supuso que al menos se perdieran 1334 concejales y 44 ayuntamientos, en algunos casos importantes feudos locales del conservadorismo británico. Mientras, el partido laborista pudo aguantar, aunque perdió cerca de 82 concejales y 6 ayuntamientos. Por su parte, opciones como es el que representaba el partido Liberal Democrático ganaba en muchos de los feudos conservadores, al menos 703 concejales y 10 nuevos ayuntamientos que hasta entonces no gestionaba. La opción de UKIP, partido que apuesta por una salida abrupta del Brexit también sufrió serias pérdidas con cerca de 145 concejales. Cabe no olvidar el caso de los Verdes, un partido que no tiene una gran presencia en tierras británicas pero que lograba sumar un importante número de concejales hasta alcanzar la cifra de 194. Los resultados de estas elecciones en el espacio inglés y norirlandés, dejaba bien a las claras que los ciudadanos castigaban la actuación de las principales formaciones políticas británicas; Heather Stewart y Patrick Wintour señalaban[2] sobre los resultados de estas elecciones locales que los dos partidos mayoritarios  “put both major parties neck-and-neck on 28% of the vote – both down from 35% a year ago”; junto , a la apuesta por formaciones en cuyo ideario está  la permanencia en la UE y en su caso abrir la vía por un segundo referéndum sobre el Brexit, sobre todo en el caso del partido Liberal Demócrata británico.


Cuadro con los resultados de las elecciones locales 2019[3]

Pero, los días transcurren en las apacibles tierras británicas y nuevos acontecimientos se suman a esta especie de triste trasfondo político: se producen las primeras manifestaciones en Gales[4] a favor de la independencia del Reino Unido, calificadas como históricas ya que se trataba de las primeras de esta índole en la historia galesa. Manifestaciones que mostraban la desazón de la población frente a la incapacidad política por dar respuesta al Brexit algo que no resultaba nada extraño a sabiendas que se situaban en la misma línea que las voces escocesas por la apuesta de un segundo referéndum de independencia.  Sin olvidar, la escalada de tensión en Irlanda del Norte donde el proceso de paz en dicho territorio se vincula de manera decisiva a la solución que se adopte en el Brexit; cabe recordar el asesinato de la periodista  Lyra Mckee en disturbios que tuvieron lugar en Londonberry.

Finalmente, los resultados de las elecciones europeas del pasado día 22 de mayo junto a la dimisión de la Primera Ministra Theresa May que tendrá razón de ser a partir del próximo día 7 de junio.


Cuadro con los resultados de las elecciones europeas en GBR[5]

El país entra en una nueva fase respecto a la cuestión del Brexit, que se ha llevado por delante a dos primeros ministros británicos, pone en juicio el liderazgo del actual líder laborista, la emergencia de nuevas realidades políticas frente a las existentes tradicionalmente, el desgaste de la confianza en el poder político, el bloqueo político e institucional… ; Theresa May en su discurso de dimisión afirmaba “ El referéndum no fue solo una llamada para abandonar la UE, sino un cambio profundo en nuestro país. Un aviso para hacer del Reino Unido un país que realmente funcione para todo el mundo” . Posiblemente tenga razón en que se va a producir un profundo cambio, en realidad es una nueva fase para un país que sale de un espacio de forma voluntaria y que de manera inmediata se ve ante un espejo donde no cuenta con un enemigo, el otro sobre el que cargar sus “pecados y errores”, es él como nación. Una nueva realidad, con nuevos y serios problemas identitarios, y sino obsérvese los resultados de las elecciones europeas en Escocia, y sobre todo una nueva fase donde con seguridad los modelos de liderazgo deberán ser muy diferentes a lo que hasta ahora hemos conocido. El futuro que comenzó en junio de 2016 parece ser que nunca llega y más bien todo permanece en una inconstante incógnita de indecisión que provoca inseguridad y debilidad a un actor global de gran importancia para la estabilidad del mundo.

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[1] Decisión adoptada por el Consejo Europeo. https://www.consilium.europa.eu/es/policies/eu-uk-after-referendum/
[2] Heather Stewart and Patrick Wintour. Tories lose over 1,300 seats in local elections as major parties suffer.  https://www.theguardian.com/politics/2019/may/03/tories-lose-over-1200-seats-in-local-elections-as-major-parties-suffer
[3] http://electomania.es/elecciones-locales-en-inglaterra-desplome-conservador-bajada-laborista-y-subidon-de-lib-dem-y-verdes/
[4]I Gurruchaga. Manifestación en Gales para revindicar la Independencia. https://www.diariosur.es/internacional/manifestacion-gales-reivindicar-20190513000211-ntvo.html
[5] https://www.abc.es/internacional/abci-farage-perfila-como-ganador-elecciones-europeas-frente-descalabro-tory-201905270155_noticia.html