22 de Octubre de 2014
Estrategia de Seguridad Nacional-2013. Reflexiones respecto a la cuestión energética.
Fernando Martín Cubel
Máster en Relaciones Internacionales.
Miembro de SEIPAZ
Tras la aprobación y puesta en marcha de la actual estrategia de seguridad nacional 2013, así como la posterior generación de las dos primeras estrategias de segundo nivel como han sido la estrategia de seguridad marítima nacional y la estrategia de ciberseguridad [1], cabe plantearnos qué otros “relatos estratégicos” tienen cabida en la actual defensa y seguridad nacional y si son necesarios para la plena proyección de nuestra actual ESN-2013, en consecuencia qué actividad encaminada a desarrollar dichos esfuerzos deben llevar a cabo tanto el gobierno como las instituciones públicas así como nuestra sociedad. Todo ello, entendida nuestra reflexión sobre seguridad desde un verdadero equilibrio –si ello es posible- entre el análisis pormenorizado de las amenazas, riesgos y desafíos, y el conocimiento de las oportunidades que puedan generarse, no olvidemos que uno de los aspectos definitorios de la mayoría de las estrategias de seguridad nacional es la apertura de sus relatos al ámbito del conocimiento y gestión de las oportunidades.
No olvidemos que en la cuestión relativa al posible proyecto de una estrategia de seguridad energética nacional debe aclararse cuál es el lugar en el que se sitúa la cuestión energética dentro de las diversas políticas públicas y si las políticas públicas de seguridad consideran el ámbito energético como un aspecto que debe ser tenido en cuenta y considerado un pilar de la defensa y seguridad nacional.
Respecto a la cuestión energética, la ESN-2013 dentro del capítulo 3 “Riesgos y amenazas para la seguridad nacional” analiza en uno de sus apartados el argumento de la vulnerabilidad energética, señalando que nuestro país es vulnerable, consumidor neto de materia primas energéticas y la realidad significada de ser una verdadera isla energética ante la falta de conexiones eléctricas y de gas, sin olvidar si cabe cuestiones como los cambios geopolíticos, la actividad terrorista y otros factores que estimulan posibles amenazas al ejemplo español. El referente de la energía resulta vital dentro de nuestra ESN-2013 ya que se afirma que “la energía es un factor clave para el progreso económico y el correcto funcionamiento de la sociedad”. Posteriormente, en el capítulo 4 “Líneas de actuación estratégica”, plantea como uno de los ámbitos de trabajo estratégico la seguridad energética.
Energía, Identidad energética y seguridad energética
Varias son las cuestiones que deben ser analizadas en un pormenorizado análisis sobre la cuestión energética dentro del relato estratégico: qué entendemos por energía, un segundo aspecto es el significado de la identidad energética y finalmente, qué relato estratégico se deriva a través de la seguridad energética. Respecto a la idea de energía, son muchas las definiciones que sobre la misma tenemos, dentro de la ESN-2013 he mencionado con anterioridad una definición de la misma, sin embargo no hemos de olvidar que la idea de energía define la capacidad que posee una persona o máquina para producir trabajo, transformar o poner algo en movimiento, también puede ser entendida como la capacidad que tienen los cuerpos para poder realizar cambios en sí mismos o en otros cuerpos. Sin embargo, una de las cuestiones más reseñables cuando planteamos la relación entre energía y seguridad es considerar la idea de la denominada identidad energética. La identidad energética supone la creación del perfil propio de cada uno de los países, definiendo tanto el aspecto político, económico, comercial, tecnológico, las políticas de consumo y su nivel de desarrollo energéticos. La identidad energética será reflejo de cada país, y por tanto si es exportador o consumidor y el grado del mismo, también será fiel reflejo de su vulnerabilidad energética así como el grado de dependencia y deberá responder a la cuestión sobre cómo se relaciona con la propia energía. Respecto al ejemplo español, entre 1990-2008 [2], el consumo de energía primaria de nuestro país se ha acrecentado un 56,6%, siendo los combustibles fósiles el 82% del total (Petróleo 48%, Gas natural 24,5%, Carbón 9,8%, mientras la energía nuclear se sitúa en el 10,8% y las renovables en el 7´6%). Si que resulta subrayable que el porcentaje de dependencia energética exterior se ha incrementado en el caso de España hasta el 78%, uno de los más altos de la UE. En su conjunto es el gas, la fuente energética que ha demostrado una mayor demanda, desde 1993 con 5.131 Ktep (kilotoneladas equivalentes de petróleo) a 18.119 Ktep en 2005, siendo los sectores más favorecidos el transporte y la industria. Por tanto somos un país plenamente consumidor, a lo que hay que añadir la falta de conexiones energéticas adecuadas en electricidad y gas, es decir somos una isla energética. Deben ser analizados aquellos proveedores de energía y las redes de abastecimiento energético para nuestro país, estableciendo las prioridades de estabilidad, seguridad y durabilidad a la hora de señalar en qué aspectos se concretan las amenazas y tipos de riesgos, por ejemplo la acción de redes terroristas, desastres naturales, enfrentamiento entre productores y países de paso energéticos, o la falta de una conexiones energéticas adecuadas ,y otros; todas estas circunstancias corresponden ser analizadas, en consecuencia nuestra identidad energética habrá de establecer nuestro tipo y grado de vulnerabilidad así como de dependencia energéticas. Otras de las cuestiones que convienen ser añadidas a la idea de identidad energética es el aprovechamiento de las oportunidades que a través de nuevos modelos de creación y proliferación energética, así como el nivel de acceso a energías fósiles y renovables que permitan un mejor posicionamiento en la cesta energética global, en este espacio de análisis es conveniente la participación de la iniciativa privada y de la sociedad. Por tanto, el tercer aspecto como es el relativo a la seguridad energética tendrá como función esencial establecer las directrices de seguridad de nuestra identidad energética, y por tanto señalar cuáles son nuestros riesgos, amenazas, desafíos y oportunidades energéticas. En el ejemplo español, dentro de lo señalado por la propia ENS-2013 sobre seguridad energética, se ha procedido al desarrollo de las directrices generales en el ámbito del abastecimiento, en la distribución, en el consumo dentro de las cuales la estrategia ha establecido un conjunto de líneas de actuación para un adecuado establecimiento de una seguridad energética [3] acorde al modelo español energético.
Conclusiones
En estos momentos, frente a la aparición de nuevos lugares de explotación energética como es el caso del Ártico, la posición de Rusia como productor energético global, los efectos del cambio climático, la inestabilidad en Oriente o en su caso las oportunidades generadas con la reforma energética de México de 2013, nuestro país debe establecer cuál resulta ser su identidad energética que le permita una mejor proyección estratégica, no es tanto el conocimiento de la situación de nuestro entorno energético como identificarnos en la gestión de la energía que representa un valor esencial a la hora de establecer políticas de seguridad energética. Deberá incluirse el impacto de las nuevas energías renovables y del cambio climático como dos elementos básicos a la hora de elaborar dichas políticas, sin olvidar, aunque pueda resultar demasiado insistente, la estabilidad de los mercados energéticos globales. Igualmente, la configuración de nuestra seguridad energética buscará no sortear otros sectores de seguridad en los que al menos tiene una presencia importante, caso de la seguridad en las infraestructuras críticas o de ciberseguridad, al final la energía está presente en todos los sectores de nuestra actividad humana.
22 de octubre de 2014
[1] La Estrategia de Seguridad Marítima Nacional así como la Estrategia de Ciberseguridad Nacional fueron aprobadas en diciembre de 2013 por el Consejo de Ministros. Acceso electrónico a dichos documentos estratégicos en http://www.lamoncloa.gob.es.
[2] Soledad, España ante el reto de la seguridad energética. Observatorio de Política Exterior Española. 56/2011 (2011): 12, consultado el 19 de junio del 2014, http://www.falternativas.org/opex/documentos/documentos-de-trabajo/espana-ante-el-reto-de-la-seguridad-energetica
[3] ESN-2013,http://www.lamoncloa.gob.es/NR/rdonlyres/0BB61AA9-97E5-46DA-A53E-DB7F24D5887D/0/Seguridad_1406connavegacionfinalaccesiblebpdf.pdf [consultado, el 1 de julio del 2014]
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