Cátedra Paz, Seguridad y Defensa

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Observatorio PSyD

El observatorio opina

29 de Abril de 2016

El regreso de Irán o la readaptación del modelo regional de Oriente Medio

Fernando Martin Cubel
Máster en Relaciones Internacionales.
Miembro de SEIPAZ

El inicio de este año 2016 ha traído consigo la decisión del levantamiento  de las sanciones de 2006 y 2010 impuestas por la ONU, sobre el régimen iraní de los ayatolás; Japón, a través de su ministro de Asuntos Exteriores Fumi Kishido, avanzaba el pasado día 22 de enero que el país adoptaba la misma medida (posibilitando el camino para la firma de un acuerdo de inversión entre Teherán y Tokio, que mantiene una elevada dependencia con el exterior para proveerse de dichos recursos naturales tanto de gas como de crudo; el fin de las sanciones permite a las compañías japonesas volver a unirse a un proyecto en desarrollo en Azadegan -uno de los yacimientos petrolíferos más grandes del mundo situado al sudoeste de Irán-, del que Japón, que contaba con una participación del 75 por ciento, se retiró en 2010).

El Consejo de Seguridad de la ONU también puso fin a sus sanciones a Irán. España que ejerce la presidencia del comité de sanciones a Irán, anunció el fin del régimen de medidas contra Teherán tras la recepción del informe de la OIEA. En este misma línea argumental, el periódico La Vanguardia señala varias actuaciones que el régimen persa podrá llevar a cabo en su regreso al escenario internacional: “1. Las exportaciones de petróleo y gas iraní a la Unión Europea pueden reiniciarse. 2. Firmas occidentales están ahora habilitadas para proveer equipamiento a los campos de petróleo y gas en Irán. 3. Compañías aseguradoras de Occidente pueden volver a asegurar embarques de petróleo iraní. 4. Se elimina una prohibición general para hacer negocios con el sector energético de Irán. 5. Bancos iraníes volverán a conectarse a SWIFT, un sistema mundial de transacciones financieras. 6. Bancos extranjeros estarán habilitados para otorgar préstamos de respaldo a proyectos de comercio con Irán. 7. Irán podrá acceder a al menos 100.000 millones de dólares de sus ganancias petroleras que habían sido congelados en cuentas extranjeras. 8. Las sanciones contra compañías iraníes y cientos de individuos vinculados con el programa nuclear del país serán revocadas. 9. Boeing y Airbus podrán vender aeronaves y repuestos al sector de la aviación civil de Irán. 10. La industria automotriz occidental puede reiniciar sus exportaciones a Irán.”[1]

¿Qué ha sucedido?, en julio de 2015 el acuerdo de Viena [2] entre Irán y el grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania)  suponía la limitación del programa nuclear persa a cambio del levantamiento progresivo de las sanciones impuestas por la ONU en 2006 y 2010. La ONU se aseguraba que los persas reducían su capacidad de enriquecimiento del uranio y plutonio, la paralización de miles de centrifugadoras, así como otras medidas, pero sobre todo este acuerdo suponía el inicio de un proceso de confianza entre aquellos que hasta estos momentos resultaban ser simplemente enemigos en la esfera internacional desde la aplicación del aislamiento diplomático a Irán. También, el acuerdo conllevaba un frenazo a las posibles ansias de otros por desarrollar sus propios programas nucleares con fines militares (caso de Turquía y Arabia Saudita). El pasado día 16 de enero de 2015, el informe de la OIEA  “Joint Comprehensive Plan of Action (JCPOA)” señalaba que Irán estaba cumpliendo con los aspectos básicos del acuerdo de Viena entre cuyas cuestiones se establecía: que Teherán desmantelaría miles de centrifugadoras de enriquecimiento de uranio, reduciría sus reservas de uranio enriquecido de 12 toneladas a cientos de kilos y rellenaría con cemento su reactor de plutonio en Arak de modo que quedase inutilizado, las inspecciones comprobaron que Irán no estaba enriqueciendo uranio por encima del 3.67% en ninguna de sus instalaciones y que el stock de UF6 enriquecido por encima del 3.67% no superaba los 300 kg establecidos, bien porque se habría diluido el excedente o ha sido vendido fuera del país . Es decir el acuerdo de 2015 cobraba  sentido material y político, pero sin olvidar que el levantamiento del régimen sancionador en algunos de sus aspectos es paulatino, como es el caso del embargo a la venta de armas (durante cinco años) o el llamamiento a que no desarrolle misiles balísticos capaces de trasportar cargas nucleares (durante ocho años) o las restricciones al material nuclear civil que también permanecerán en vigor 10 años. Sin olvidar, obviamente, que Estados Unidos  ha dejado un mecanismo de restablecimiento automático de las sanciones para el caso de que Irán se desdiga de sus compromisos una vez levantadas éstas. Ese sistema estará vigente durante los próximos 10 años y en caso de queja al respecto deberá sometida al Consejo de Seguridad para que se pronuncie en el plazo máximo de 30 días, tal y como señala Ángeles Espinosa. [3]

¿Y ahora qué?

Para el régimen iraní, no es extraño considerar la vital importancia que las próximas elecciones legislativas y de la Asamblea de Expertos a celebrar este próximo mes de febrero, tienen para el futuro que ha  comenzado a tomar cuerpo. El acuerdo y la paulatina desaparición del régimen sancionador es un factor electoral que estará en todo el proceso de lucha política y de captación del voto de cada uno de los ciudadanos del país. Una Asamblea de Expertos más moderada puede resultar esencial de cara a la próxima elección del Líder Supremo del país. En este caso, la población vuelve de nuevo a tener un papel decisivo en cuanto que toma de conciencia ante el impulso político que debe acompañar a la apertura del régimen sancionador, evidentemente los resultados pueden favorecer en gran medida la labor realizada hasta el momento por el gobierno del Sr. Rohani. Un país con una importante población urbana, con un alto nivel de cualificación y donde cerca del 60% son clase media en el conjunto del país; población persa y sus nuevas generaciones –no olvidemos que Irán tiene una gran población joven y formada en la que un 65% está por debajo de los 35 años y con un número de graduados en ingenierías que lo sitúan en el tercer puesto a nivel mundial  - ya no mantienen como referentes vitales la iconografía de la revolución de 1979, sino una realidad de recesión y de falta de oportunidades sociales, económicas y políticas, recordar  los acontecimientos de 2009 que se produjeron en Irán.

En el ámbito regional: el estatus regional - desde que el Presidente Jimmy Carter en 1981 adoptará la decisión de romper las relaciones diplomáticas con Teherán- hasta este momento suponía como factor decisivo el aislamiento del régimen de los Ayatolás; claro está dicha modificación del estatus pre 1981 supone que algunos de los actores regionales del área salieran ganando ya que lograban una mejor posición geoestratégica y de legitimidad regional (Israel, Irak y como no Arabia Saudí), aunque evidentemente esta realidad generó y mostró sus tensiones con las guerras entre Irak e Irán, entre otros. Irán, ante dicho aislamiento, debía no ver impedida su acción de potencia regional. Con las noticias de enero de 2016 lo que realmente se produce es una nueva readaptación de este juego geoestratégico surgido en 1981 y que hoy tiene una gran complejidad, por ejemplo parece no tener mucho sentido los objetivos marcados por la estrategia de seguridad del gobierno de B. Obama donde se priorizaba en las relaciones con los países del Golfo Pérsico, frenar el desarrollo del programa nuclear iraní.  Javier Jiménez Olmos expresa sobre esta cuestión del estatus regional que “Israel es otro de los grandes descontentos con el levantamiento de las sanciones. Le preocupa la influencia política que Irán puede desarrollar tras la implementación del acuerdo sobre el programa nuclear, teme que el aumento de su poder económico, como consecuencia del levantamiento de las sanciones, le lleve a incrementar más su ya importante poder militar. Pero el más afectado en todos los órdenes ?político, económico, ideológico, militar y económico? es Arabia Saudí, su gran rival. Arabia Saudí es el principal país musulmán aliado de los Estados Unidos y el segundo en la región después de Israel. Ahora teme que el acercamiento de Estados Unidos y la Unión Europea debiliten esa privilegiada posición a favor de Irán. El rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz, desde su toma de posesión se ha mostrado duro con el régimen chií de Teherán. Aunque no hay enfrentamiento directo si los hay indirectos, a modo de guerra fría, en Siria y Yemen donde apoya al bando contrario que lo hace Irán.”[4]

Es innegable que Irán regresa al tablero y que por tanto se genera un nuevo tiempo con un nuevo juego estratégico en el que el denominado factor del aislamiento ya no sirve como soporte del mismo, en este nuevo juego sus actores no van a cambiar más bien aquellos que hasta ahora contaban con una preeminencia estratégica deberán valorar que conviene transformar en su acción exterior y de legitimidad y cómo afectan a sus intereses la vuelta al ruedo regional del régimen de los ayatolás (ámbito político, económico, religioso, entre otros). La próxima reunión internacional a la que ha sido invitada Irán sobre la guerra de Siria va a ser un buen momento para conocer cuál es el nuevo estatus regional que está emergiendo. La aceptación de una nueva influencia  es básica para todos los actores,  y su reconocimiento esencial, ya que no es la única en el área. Este complejo espacio con serios problemas de estabilidad social, étnica, religiosa, con varios conflictos abiertos en Siria, Yemen e Irak, sin olvidar Afganistán y todo ello unido al factor del DAESH provocan que deba producirse un posible acercamiento a medio y largo plazo desde unas bases sustentadas en las necesidades de supervivencia de los propios regímenes sunis y chiitas. Ámbitos como el energético, comercial y económico podrán ayudar a dichos cambios, sin olvidar que a lo lejos aparecen nuevos actores como son China e India (no olvidemos el viaje del líder chino en estas últimas semanas al área).  Por ello, y para finalizar, debe esperarse que se produzcan transformaciones profundas que afecten a las políticas domésticas y a las opiniones públicas ante el cambio de estatus regional y por tanto habrá que estar muy atentos a los cambios que se avecinan en el área de Oriente Medio.

29 de abril de 2016



[1] “Diez cosas que podrá hacer Irán en su vuelta a la economía mundial”. http://www.lavanguardia.com/internacional/20160117/301467310227/diez-cosas-hacer-iran-vuelta-economia-mundial.html [ consultado, 26 de enero de 2016]

[2] Marc Bassets. “EEUU e Irán alcanzan un  histórico pacto nuclear” http://internacional.elpais.com/internacional/2015/07/12/actualidad/1436703308_390523.html [consultado, 26 de enero de 2016]

[3] Angeles Espinosa, “¿Qué sanciones se levantan a Irán?”.  http://internacional.elpais.com/internacional/2016/01/16/actualidad/1452979959_288773.html. [consultado, 26 de enero de 2016]

[4] Javier Jiménez Olmos. Irán vuelve a la escena. ¿esta vez como amigo? https://jjolmos.wordpress.com/2016/01/24/iran-vuelve-a-la-escena-esta-vez-como-amigo/ [consultado, 25 de enero de 2016]

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