Peace, Security and Defence Chair

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13th of September 2018

Vanguardia de Ideas 14/09/2018

Isabel Adé Portero
Doctora en Historia Contemporánea

Félix Arteaga, “Elecciones y ciberseguridad”, Comentario Elcano 44/2018, CIBER elcano, Nº 36, Real Instituto Elcano (11/9/2018).

Las próximas elecciones legislativas en los Estados Unidos o al Parlamento Europeo han vuelto a despertar la preocupación por los ciberataques y operaciones de desinformación que afectaron a algunos procesos electorales en el pasado reciente.

L
a protección de las leyes y sistemas electorales de los países democráticos no se habían diseñado para prevenir ciberataques. […] Sin embargo, lo ocurrido en varios procesos electorales como el de la Presidencia de Estados Unidos en 2016 o el de las elecciones generales de Holanda en 2017, donde se registraron operaciones cibernéticas de influencia, unido a la proximidad de elecciones legislativas de Estados Unidos en noviembre de 2018, y al Parlamento Europeo en mayo de 2019, han disparado las especulaciones sobre la fragilidad de los sistemas electorales ante las manipulaciones cibernéticas. […]

No son hechos aislados sino que se corresponden con un patrón de desinformación que se achaca a países como Rusia, según un Informe del Comité de Asuntos Exteriores del Senado de enero de 2018, pero que pudieran ser imitados por otros actores estatales o no en el futuro. […]

La dependencia tecnológica de los sistemas electorales facilita su alteración cibernética. A la preocupación de los responsables de esos sistemas por proteger los datos del censo, la organización y recuento de las votaciones, se une ahora la de los candidatos y partidos políticos por evitar que el robo de información sensible sobre ellos, sus donantes o simpatizantes. Se enfrentan a un problema ajeno a la cultura política democrática y pasará mucho tiempo y muchos ataques antes de que se tome conciencia de su necesidad. […]

En consecuencia, los responsables de supervisar la ciberseguridad de las elecciones están elaborando recomendaciones básicas que no garantizan la protección total, pero, al menos, contribuyen a mentalizar a los implicados y reducir su vulnerabilidad.[…]

Los grandes proveedores de servicios digitales como Microsoft, Facebook o Google, junto con las empresas de ciberseguridad están participando en la campaña de concienciación y tomando medidas. Sin embargo, esas medidas no pueden prevenir la totalidad de ataques, especialmente los de naturaleza geopolítica, porque las empresas no pueden dejar de prestar servicios esenciales para su modelo de negocio aun a riesgo de facilitar la actuación de los hackers maliciosos o de los servicios de inteligencia. […]

Los medios de comunicación también se han visto implicados en la defensa de la trasparencia electoral y contribuyen a la mentalización de los votantes, pero las redacciones tienen que elegir entre llevar a cabo todas las comprobaciones necesarias o perder la primicia. La tensión entre la información veraz y la información rentable es mayor entre los medios digitales cuya fuente principal de ingresos depende de la cantidad y no de la calidad del flujo informativo que generan. […]

Vivir en democracia no es fácil. Lo ha sido en algunos momentos, pero los enemigos de la democracia (lideres autoritarios, hackers sin ética, politólogos sin escrúpulos o accionistas mediáticos) han encontrado en el ciberespacio un instrumento de acoso a los procesos electorales. En el pasado, han cogido a los procesos electorales por sorpresa y podrán volver a intentarlo. Pero esta vez no será ya una sorpresa ni tendrán tanto éxito si todos los implicados asumen su cuota de responsabilidad.”

http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/comentario-arteaga-elecciones-ciberseguridad  


Gonzalo de Palacios, “Los desafíos del personal humanitario”, Esglobal (12/9/2018).

“El incremento global de grupos armados en los conflictos acrecienta la inseguridad del personal humanitario en terreno, lo que hace que las organizaciones se replanteen la gestión y administración de sus trabajadores.

El pasado día 18 de junio, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) publicó un estudio titulado The Roots of Restraint in War, que podría traducirse como “Las reglas de la moderación en la guerra”. En este documento revela algunos datos preocupantes para las organizaciones humanitarias que trabajan en algunos de los contextos de mayor conflicto de la actualidad.

De acuerdo con el estudio “el número de conflictos armados en el mundo se ha incrementado de manera significativa durante la última década y media. Según la clasificación legal del CICR, el número de conflictos armados no internacionales entre 2001 y 2016 es más del doble, de menos de 30 a más de 70”.

Pero tanto o más preocupante para las organizaciones humanitarias es que el número de actores armados que participan en estos conflictos ha crecido de manera exponencial. Los datos del CICR muestran que “solo un tercio de los conflictos en la actualidad cuentan con dos partes beligerantes: el 44% tiene entre tres y nueve fuerzas en conflicto, y el 22% tiene más de 10. Algunos otros tienen cientos”. […]

Hace unos años, cuando la mayoría de las guerras tenían dos o pocas partes en conflicto, las organizaciones humanitarias podían dirigirse a estos actores y negociar con ellos el acceso a las poblaciones con necesidades. Había una cadena de mando y aunque podía haber excepciones, cuando se negociaba el acceso, el personal humanitario tenía bastantes garantías. […]

Otra de las herramientas de las que tradicionalmente se han servido las organizaciones humanitarias para basar sus estrategias de aceptación han sido los mapas de actores. […]

La fragmentación y multiplicación de actores armados se ve en la actualidad en conflictos tan separados como puede ser el de Siria, el de República Centroafricana o el de las pandillas o maras en Centroamérica. […]

Otro de los efectos perniciosos del fraccionamiento de los grupos armados, es que estos cada vez están compuestos por personas más jóvenes, que no obedecen a una cadena de mando o carecen de disciplina o respeto por las tradiciones por las que se regían sus mayores. Esto hace de nuevo que las intervenciones en estos espacios sean muy complicadas y que se tengan que hacer aceptando unos umbrales de riesgo muy elevados.

Por último, se debería señalar que aunque difícil, las negociaciones humanitarias para conseguir el acceso a las poblaciones con necesidades, puede ser una de las pocas soluciones viables posibles. […]En cualquiera de los casos, cuando las entidades humanitarias se enfrenten a la necesidad de contactar a un actor armado, parte de un conflicto, lo debe hacer en todo momento respetando los principios humanitarios para que no se vuelva en su contra o en contra del resto de entidades presentes en un determinado contexto.”

https://www.esglobal.org/los-desafios-del-personal-humanitario/

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