Peace, Security and Defence Chair

Español English

Observatorio PSyD

The observatory says

28th of February 2018

RECLUTAMIENTO DE EXTREMISTAS ISLÁMICOS EN EUROPA Y ÁFRICA

Francisco Rubio Damián
Jefe del Centro de Seguridad del Ejército de Tierra

La incorporación a la disciplina terrorista es el objetivo final de un proceso que comienza con la radicalización del individuo y su posterior captación para la organización, entendiendo por radicalización el fenómeno por el cual una persona abraza convicciones e ideas que pueden conducir al extremismo violento. El reclutamiento yihadista, no solo del Daesh, se concentra en los países de la antigua Unión Soviética, Oriente Medio, Europa y África, siendo poco relevante en el resto del mundo. La labor de captación presenta modelos bien diferenciados que se adaptan a las circunstancias de cada región, siendo particularmente significativos los desarrollados en África y Europa. El conocimiento de estos modelos permite implementar medidas que reduzcan la continua provisión de combatientes a estas organizaciones. Incluso en el caso del Daesh, la pérdida del control territorial en Siria e Irak no implica su renuncia al reclutamiento de terroristas para actuar en otras regiones y cometer atentados, principalmente en Europa.

Reclutamiento en África

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que el terrorismo causó unas 33.300 muertes en África entre 2011 y principios de 2016. Solo las operaciones de Boko Haram se han cobrado más de 17.000 vidas y han contribuido a desplazar casi tres millones de personas en la región del Lago Chad. La Oficina Regional para África del PNUD presentó en septiembre pasado un estudio sobre los procesos de radicalización y reclutamiento de los grupos yihadistas en África. El estudio destaca que Boko Haram, al-Shabab y Daesh captan a individuos socialmente marginados y familiarmente desatendidos desde la infancia, sumidos en la pobreza y sin participación en la sociedad civil. Son personas con pocas perspectivas económicas y que desconfían de un Estado que viola los derechos humanos y no es capaz de proporcionarles servicios básicos. Así las cosas, las organizaciones terroristas utilizan para sus fines la frustración y la falta de porvenir de muchas personas que acabarán radicalizándose después sufrir actos de violencia o abuso de poder por parte del Estado.

En los países de África con fuerte presencia extremista, las mayores cotas de marginalidad y fracaso del Estado se dan en regiones apartadas y conflictivas. De hecho, la mayoría de los yihadistas africanos proviene de zonas fronterizas y periféricas y, en el momento de unirse al grupo terrorista, se encontraban en situación de pobreza y desempleo. Además, el PNUD ha constatado que el abandono del Gobierno, la violencia de Estado y el abuso de poder fueron determinantes para que los contactados se comprometieran con el grupo terrorista.

El marcado subdesarrollo de estas zonas y la marginalidad del potencial terrorista obligan a las organizaciones extremistas a realizar un reclutamiento de naturaleza local, basado en las relaciones personales directas. También llama la atención el poco tiempo necesario para la radicalización y la incorporación a las filas terroristas: el 80% lo hace en menos de un año y casi la mitad en el plazo de un mes. Este dato podría interpretarse por el alto grado de frustración y por la eficacia que las relaciones personales tienen en las labores de captación.

El estudio también estima que la religión es un elemento catalizador para la captación islamista, hasta el punto de incidir sobre la mitad de los terroristas, lo que no impide que la mayoría ignore los textos y preceptos del Islam.

Reclutamiento en Europa

En Europa, el Informe del Parlamento Europeo sobre la prevención de la radicalización y el reclutamiento de ciudadanos europeos por organizaciones terroristas, presentado el 3 de noviembre 2015, afirmaba que la radicalización de los yihadistas europeos es un fenómeno complejo y dinámico, basado en factores psicológicos, sociológicos y políticos, por lo que no se dirige a un perfil individual único. Al contrario, afecta a hombres y mujeres, sobre todo jóvenes, de cualquier estrato social, pero que comparten la sensación de ruptura con la sociedad.

Se estima que unos 5.000 combatientes extranjeros del Daesh tenían origen europeo, en concreto, de Europa occidental, ya que este fenómeno ha sido casi irrelevante en los países de Europa Central y Oriental. El último informe anual de la Europol cifra en 142 los ataques o intentos de ataques ocurridos en ocho países europeos, diez de ellos en España, y más de 700 detenidos vinculados con la actividad yihadista. En el caso de España, el 73,8% de los detenidos por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista de Daesh se radicalizaron dentro de nuestras fronteras.

En Europa, los entornos propicios para la radicalización y el reclutamiento son el ciberespacio (entorno virtual), la inmigración (entorno sociológico), las prisiones y las mezquitas (entornos físicos). El entorno virtual está conformado por salas de chat yihadistas y sitios web vinculados a al-Qaeda y Daesh. Internet proporciona contenidos que facilitan el autoadoctrinamiento y permite el acceso a contenidos que incitan a la radicalización del individuo por cuenta propia. También proporciona a los reclutadores numerosas vías para llegar a los jóvenes radicalizados, con quienes contactan por medios electrónicos, obteniendo datos personales para descartar riesgos y comprobar sus antecedentes antes de establecer contacto físico.

En los lugares de culto, los reclutadores identifican a posibles candidatos, se acercan a ellos y les invitan a participar en grupos de estudio privados donde son adoctrinados por veteranos yihadistas sobre la necesidad de defender a los musulmanes acosados en zonas de conflicto. Estos procesos de reclutamiento se han combinado a veces con visitas a Pakistán, Arabia Saudí y territorios ocupados. Por lo tanto, las mezquitas operan como lugares de contacto inicial para continuar el proceso de adoctrinamiento y reclutamiento en contextos más informales y discretos.

En las prisiones conviven extremistas islámicos y presos comunes con un alto potencial para caer en el adoctrinamiento. Proporcionan, por tanto, un entorno adecuado para que agentes con alta capacidad de adoctrinamiento contacten con individuos receptivos o influenciables por su situación personal y su rechazo hacia la sociedad y las autoridades. Las cárceles tienen un gran protagonismo en la radicalización de nuevos conversos, acogidos por grupos que les ofrecen una sensación de pertenencia y de misión, más aún si se sienten condicionados por la necesidad de expiar culpas pasadas. Los conocimientos delictivos y terroristas aportados por los presos reclutados constituyen otra ventaja operativa. Así, surge un nexo crimen-terrorismo en el que las redes yihadistas operan con bandas de delincuencia organizada transnacional para el suministro de explosivos, armas y documentación falsa.

La inmigración, más que un entorno, es un factor multiplicador sustentado, primero, en la radicalización previa del recluta potencial proveniente de un país en conflicto con fuerte componente de islamismo radical, y segundo, en la manipulación de sus sentimientos por el país de origen. De hecho, estos inmigrantes son más susceptibles de acabar siendo reclutados.

Conclusión

El reclutamiento en África tiene un ámbito sociológico definido por la marginalidad económica y la frustración política, y un ámbito geográfico circunscrito a las regiones más aisladas y desatendidas. Con este panorama, parece apropiado establecer un enfoque basado en la integración y en el desarrollo territorial, social y humano que ayude a acabar con el caladero yihadista africano. En este sentido, Antonio Guterres declaró que “la creación de sociedades abiertas, equitativas, inclusivas y pluralistas, basadas en el pleno respeto de los derechos humanos y con oportunidades económicas para todos, representa la alternativa más tangible y significativa al extremismo violento”.

En Europa el problema es de otra naturaleza. El adoctrinamiento es más complejo yse fundamenta en motivaciones socioeconómicas, ideológicas y sicológicas. Además, no se dirige a un perfil individual específico ni se localiza en determinados entornos geográficos. Por lo tanto, tendría poco sentido práctico que, no siendo la marginalidad parte de la ecuación, se tratara de implantar políticas sociales con la pretensión de terminar con los procesos de radicalización. En Europa, como ya he manifestado en otros foros (El País, 26 de agosto de 2017), “son indispensables las labores de inteligencia y policiales que permitan la detención de los terroristas y la desarticulación de sus organizaciones”. En particular, son de importancia crítica las labores de inteligencia en el ciberespacio, ya que, mientras en África los procesos de radicalización se basan en las relaciones personales, en Europa el entorno virtual tiene un protagonismo crítico.

27 de febrero de 2018



Download PDF document:

‹ Back

Cátedra Paz, Seguridad y Defensa - Universidad de Zaragoza Gobierno de España - Ministerio de Defensa