Peace, Security and Defence Chair

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25th of October 2019

La entrevista de Shoigú: guía de lectura

José Miguel Palacios
Coronel de Infantería (Reserva)
Doctor en Ciencias Políticas

1. El Ministro Shoigú


Serguéi Kuzhuguétovich Shoigú[1] es desde el 2 de noviembre de 2012 Ministro de Defensa de la Federación Rusa. Ninguno de sus predecesores desde la desintegración de la URSS (finales de 1991) ha estado tanto tiempo al frente del ministerio y en la época soviética solo lo superan su marca los mariscales Malinovski (nueve años y cinco meses), Grechko (nueve años), Ustínov (ocho años y ocho meses) y Voroshílov (ocho años y siete meses).

Nacido en 1955[2] en Tuvá, una pequeña república limítrofe con Mongolia, es hijo de padre tuvano y madre rusa de Ucrania, y fue bautizado en el seno de la Iglesia ortodoxa rusa. Trabajó como ingeniero de construcción hasta su entrada en política a finales de los años ochenta (obviamente, en el seno del PCUS, el entonces partido único). En 1991 fue designado presidente del Comité Estatal para situaciones de emergencia de la Federación Rusa, puesto que ocupó hasta el año 2012 (desde 1994, con el rango de ministro). Entre mayo y noviembre de 2012 fue gobernador de la provincia de Moscú[3].                                                      

Tiene el empleo de General de Ejército y viste con frecuencia uniforme militar, aunque no es militar de carrera y ni siquiera hizo el servicio obligatorio. Proyecta una imagen pública de hombre serio y ejecutivo, de pocas palabras, pero capaz de obtener resultados.

El pasado 22 de septiembre de 2019, el periódico moscovita Moskovski Komsomolets publicaba una larga entrevista con Shoigú[4], la primera entrevista detallada que el Ministro de Defensa ha concedido en siete años. Y, aunque en ella no anuncia ninguna novedad ni revela ningún secreto, su texto sí nos permite acercarnos a su persona y comprender mejor su forma de ver el mundo y de concebir su trabajo. Este estudio pretende ser una breve guía de lectura.
 

2. El trabajo del Ministro de Defensa


Las explicaciones que da Shoigú sobre lo conseguido durante su etapa como Ministro de Defensa ofrecen un balance triunfal de su gestión (“mission accomplished”, como dijo en su momento el Presidente norteamericano George W. Bush), algo que probablemente tiene sentido en función de las ambiciones políticas del entrevistado. Al mismo tiempo, estas explicaciones informan sobre el funcionamiento real del sistema de toma de decisiones en el ámbito de la defensa, que estaría basado en una clara división de cometidos entre los principales actores:
  • Todas las decisiones importantes las adopta el Presidente Putin[5]. Shoigún no menciona en ningún momento ni el papel del Presidente del Gobierno Medvedev ni el del Consejo de Seguridad.
  • El Ministro de Defensa se presenta a sí mismo como una especie de “project manager”, que, utilizando los diversos recursos puestos a su disposición, hace que las decisiones del Presidente se conviertan en realidad. Un papel, por cierto, que parece muy apropiado para un ingeniero.  Como él mismo explica en la entrevista: “allá donde trabajé me esforcé en hacerlo con la máxima eficacia y conseguir resultados”[6].
  • El Jefe del Estado Mayor General es uno de los especialistas con los que el “project manager” cuenta para llevar a cabo sus proyectos. Parece disponer de una autonomía muy amplia en las cuestiones relacionadas con el uso práctico de la fuerza militar, aunque probablemente tiene un papel muy modesto en el proceso de toma de decisiones que conduce al empleo de esa fuerza. Shoigú lo explica de esta manera en la entrevista: “A lo largo de mis años de trabajo en el Ministerio de Defensa hemos formado un excelente equipo de adjuntos, en el que cada uno de ellos, dentro de su área de responsabilidad, es un verdadero profesional y un amigo. Tengo una relación de especial confianza con Valeri Guerásimov. Un hombre muy sabio y un buen compañero”.

La base de la entrevista la constituye la enumeración de los principales logros del Ministerio de Defensa (en la práctica, del propio Ministro) durante los últimos siete años. Logros que se pueden agrupar en tres grandes capítulos:
  • Dotación de armamento moderno, algo que, en particular, requirió la reforma del sistema de financiación de la compra de armas.
  • Mejoría de las condiciones de vida del soldado.
  • Intensificación de la instrucción e incremento del nivel de preparación combativa de las unidades (algo que requirió la creación de un sistema de inspecciones por sorpresa).

En cuestiones de política militar, Shoigú se muestra como un hombre bastante conservador, partidario de algunas soluciones tradicionales, como el servicio militar. Así, ve el servicio militar como una forma de disponer de reservas movilizables (primera justificación histórica), pero también como una manera de hacer que los ciudadanos se responsabilicen de la defensa de su país (segunda justificación histórica):

Estoy absolutamente convencido de que en cualquier caso deberíamos tener un cierto número de militares de reemplazo. Además del personal militar profesional activo, un estado debe contar también con una reserva de movilización formada por ciudadanos. Gracias a esta reserva es posible fortalecer las Fuerzas Armadas con bastante rapidez en caso de amenaza de guerra. Para formar esta reserva, se organiza el entrenamiento militar de la población masculina. Además, los ciudadanos pueden sentir que participan en la defensa de su país. Porque si el ejército se percibe únicamente como una de formas de ganar dinero, los ciudadanos ciertamente perderán este impulso moral.

Shoigú no entra a discutir cuestiones prácticas sobre la conducción de fuerzas armadas en conflictos armados contemporáneos, como repetidamente ha hecho el Jefe del Estado Mayor General Valeri Guerásimov. Aunque Shoigú, al comentar la intervención rusa en Siria, señala que en ese país “tuvimos que aprender a combatir de otra manera”, el verdadero centro de su interés son los aspectos organizativos, más que las modalidades de uso de la fuerza. Así, señala que por Siria ha pasado el 90% del personal de la Aviación de combate, de apoyo y de transporte y que en Siria llegaron a trabajar al mismo tiempo ingenieros de 70 empresas de la industria militar. “Por Siria pasaron jefes de regimientos, de brigadas, de divisiones, de Distritos Militares, así como profesores de la práctica totalidad de los centros de enseñanza superior militar”[7]. Y recuerda también que por primera vez en la historia de la Marina de Guerra soviética y rusa un portaaviones[8]fue utilizado en misiones de combate. “300 modelos diferentes de armamento han sido modificados teniendo en cuenta la experiencia siria y 12 proyectos que se consideraban prometedores han sido retirados de la producción y del servicio”. 

3. Shoigú y la guerra híbrida


Shoigú es algo más explícito, aunque nada original, al abordar algunos puntos de lo que, según la terminología de la época soviética, se denominaba el “aspecto sociopolítico de la Doctrina Militar”. Así, sobre las amenazas a las que debe hacer frente Rusia afirma que: “espero que en estos momentos no se plantee la cuestión de una guerra a gran escala”.  Y las principales fuentes de riesgo a las que hace alusión son la progresiva salida norteamericana del sistema de acuerdos para el control de armas nucleares firmados durante la guerra fría y los ataques contra la seguridad informática.

Como también ha hecho en varias ocasiones el general Guerásimov, también el Ministro Shoigú alude en la entrevista a la llamada “guerra híbrida”: “A nuestros colegas occidentales les gusta acusar a Rusia de librar lo que llaman ‘guerras híbridas’. Pero debo decir que es Occidente quien está librando las guerras híbridas de verdad”. Y explica con cierto detalle a qué se refiere y por qué, en respuesta a la creciente amenaza occidental, Rusia se ha visto obligada a recrear la Dirección General Política, que existía en tiempos soviéticos[9]:

La necesidad de crear esta nueva Dirección se hizo evidente cuando advertimos con qué decisión estaba interviniendo Occidente en los asuntos internos del ejército, de manera imperdonablemente desconsiderada. (...) Si nos sumergimos en la historia, el colapso de muchos estados comenzó con el colapso del ejército. Tenemos unidades especiales que realizan operaciones especiales. En estas operaciones, hay ocasiones en que nuestros chicos son heridos o mueren (...) E imagínense ustedes que hay quien, por indicaciones de del extranjero, aprovecha para acosar a las familias, a violar la paz de los cementerios. Cada día se registran centenares de intentos de entrar en nuestras redes de comunicaciones. Y se lanzan al espacio informativo de nuestro país y del mundo noticias “fake”[10] sobre nuestro ministerio y nuestra Fuerzas Armadas. Que si hemos atacado un hospital, que si nos estamos preparando para conquistar este o aquel país... Que si han llegado a algún sitio decenas de ataúdes, que si algún alto mando o algún dirigente del Ministerio de Defensa ha cometido algún delito… Todo esto no es otra cosa que presión psicológica sobre los militares. (…) Esta es una de las herramientas de las guerras híbridas, uno de los tipos de armamento utilizados contra nosotros (...). El sentido de tales acciones es tratar de crear estados de ánimo en el ejército, como los que existieron, por ejemplo, en el ejército de 1916[11].

4. El mundo, visto por Serguéi Shoigú

Quizá la parte más interesante de la entrevista la constituye aquella en la que Shoigú explica su visión de lo sucedido a lo largo de los últimos decenios, en particular del final de la Unión Soviética y de las relaciones entre Occidente y los estados postsoviéticos. Con matices, podemos asumir que es la suya una visión muy extendida entre los actuales dirigentes rusos y, quizá, en la generación a la que pertenecen tanto Putin como su Ministro de Defensa. En cualquier caso, Shoigú parece interesado en subrayar la identidad de sus puntos de vista con los del Presidente. Así, cuando discute la desintegración soviética y lo que ocurrió en los años que siguieron, señala que:

Pero lo que sucedió tenía otras razones más profundas. No entendimos en su momento y durante mucho tiempo seguimos sin entender la esencia de lo que sucedía a nuestro alrededor. Y me voy a permitir expresar mi pensamiento de una manera más radical. Si Occidente hubiera continuado comportándose como empezó a hacerlo  durante la época de Gorbachov, si hubiera cumplido todas sus promesas, si no hubiera ido expandiendo la OTAN cada vez más cerca de nuestras fronteras, si no hubiera extendido su influencia en nuestros países vecinos, si no se hubiera inmiscuido en los asuntos internos de nuestro país, estoy convencido de que al final lo habrían conseguido todo. Habrían podido alcanzar el objetivo que se habían propuesto: destruir y esclavizar a nuestro país. Lo que de hecho consiguieron con los "nuevos europeos" y con las antiguas repúblicas soviéticas.

El punto de inflexión es el año 1999, y no tanto por la guerra de Yugoslavia de aquella primavera como por la llegada al poder de Vladímir Putin:

Tuvimos la suerte de poder detenernos a tiempo. Como ya he dicho, el proceso de vuelta al sentido común comenzó en 1999. A partir de este momento, con grandes dificultades, conseguimos que el mundo dejara de ser unipolar. Y esto, por supuesto, no le gusta mucho a Occidente, que está haciendo todo lo posible para recuperar su monopolio sobre la influencia en el mundo. Hay quien cree que la confrontación abierta a gran escala entre Occidente y Rusia empezó hace solo cinco años, a partir de Ucrania y Crimea. Pero es un error. Recomiendo recordar los detalles de lo que en realidad ocurrió en los años noventa, 2008 o en 2013. ¡La de tonterías que se dijeron y escribieron sobre nosotros durante los preparativos para los Juegos Olímpicos en Sochi!
Dentro de esta visión del mundo, la desconfianza hacia Occidente ocupa un lugar central. Y es que, desde su punto de vista, la razón profunda de las acciones occidentales no es la defensa de la estabilidad o la extensión de la democracia, sino la protección de los propios intereses. En palabras de Shoigú:

En Occidente, se han creado durante mucho tiempo patrones y algoritmos para derrocar a cualquier autoridad legal que les resulte inconveniente en cualquier país. Pero, ¿en cuál de los países a los que trajeron la democracia esta ha arraigado? ¿En Irak, Afganistán o Libia? ¿O en la antigua Yugoslavia, que dividieron por la fuerza en seis países con su bombardeo “democrático” de 1999?[12]. Y es que después de una intervención norteamericana se puede uno olvidar de la soberanía y de la independencia. ¿Sorprende a alguien que en Libia la mayoría de los reservas de petróleo pertenezcan a compañías estadounidenses o controladas por Estados Unidos?

En líneas generales, la visión del mundo que muestra Shoigú procede del periodo comunista, aunque el Ministro de Defensa, como otros miembros del grupo de dirigentes próximos a Putin, es consciente de muchos de los fallos que entonces se cometieron, fallos que critica con dureza. Así, en la entrevista se refiere a la antigua práctica de las novatadas, que el Ejército Soviético nunca consiguió controlar. O a la tendencia de la Dirección General Política a entrometerse en la vida privada de los militares aunque no hubiera para ello razones válidas. O a la costumbre de cubrir de condecoraciones a los dirigentes, a veces con pretextos tan extraños como “con ocasión del día de su cumpleaños”. Pero, una vez corregidos estos fallos, una URSS idealizada parece responder bastante bien a su modelo de sociedad:

Quiero volver a la época de mi juventud. Siento mucha nostalgia de la Unión Soviética (...) por el espíritu que reinaba en aquellos días, especialmente en lugares así [en Siberia]. Como cuando en Bratsk la gente permanecía durante horas en el frío, al aire libre, para escuchar los poemas de Yevgueni Yevtushenko (...) Pienso en ello a menudo; y a menudo me animo recordando aquellos tiempos.

  5. Putin y Shoigú

Lo que no consigue Shoigú en la entrevista es librarse de otro de los vicios del sistema soviético: su tendencia al culto a la personalidad (del líder supremo). A lo largo de toda la entrevista, el Presidente Putin es presentado como la fuente última de autoridad y como el impulsor de todas las decisiones principales. A sus órdenes directas, Shoigú se muestra a sí mismo como un fiel y eficaz ejecutor, que transforma en realidad la visión del líder. Esto se traduce en ocho referencias directas al Presidente Putin[13]:
  • [En 1999] el Primer Ministro Vladimir Vladímirovich Putin, con nuestras limitadas positibilidades de entonces, empezó a tomar decisiones fundamentales sobre la reforma de nuestras Fuerzas Armadas.
  • [Paráfrasis de las palabras de Shoigú] Como el mismo Serguéi Kuzhuguétovich [Shoigú] enfatizó más de una vez, sin el apoyo y la participación personal de Vladímir Putin no habría podido lograr nada en términos de crear un ejército moderno en Rusia.
  • El Presidente me ha mostrado una gran confianza, que trato de justificar.
  • Los problemas de construir y entrenar a las Fuerzas Armadas, equiparlas con armas modernas y desarrollar el complejo militar-industrial están bajo el control constante de nuestro presidente. A partir de 2013, por cargada que esté su agenda de trabajo, cada otoño y cada primavera el Presidente escucha en Sochi al liderazgo de las Fuerzas Armadas, a los representantes de la industria de defensa y a líderes relevantes en el Gobierno de la Federación Rusa en todos los aspectos del desarrollo militar y la garantía de la seguridad militar del país.
  • Con base en los resultados de este trabajo (estudio de la experiencia siria), el Presidente dio órdenes directas para refinar o mejorar ciertas características de algunas armas.
  • Esta pregunta ya ha sido respondida completa y razonadamente por nuestro Comandante en Jefe. (...) Rusia ya se opone con bastante eficacia a Estados Unidos.
  • Lo principal es que somos bastante efectivos en nuestros gastos militares, que son gastados con mucha precisión y son monitoreados de cerca por nuestro Comandante Supremo.
  • [Sobre las inspecciones por sorpresa de unidades militares]. Trasladamos nuestra propuesta al Comandante en Jefe, que la aceptó: los controles realmente se volvieron repentinos desde el nivel batallón al nivel ejército y Distrito Militar.

6. Reacciones

Algunas de las reacciones suscitadas por esta entrevista:

  • IliaKramnik, periodista del diario Izvestia (14) especializado en temas militares, publicó casi de inmediato un comentario en la versión en línea del periódico. En su comentario criticaba a Shoigú por adjudicarse todo el mérito de la reforma militar, que de hecho ya había empezado con su predecesro, Anatoli Serdiukov, y por haber minusvalorado el papel del alto mando militar (del general Makarov, Jefe del Estado mayor General con Serdiukov, y del general Guerásimov). Criticó también la opacidad informativa del Ministerio de Defensa durante el mandato de Shoigú. El artículo fue rapidamente retirado de la página de Izvestia y a los dos días su autor despedido.
  • Pavel Felgengauer, uno de los más conocidos periodistas militares rusos, entiende que la entrevista a Shoigú hay que enmarcarla en la lucha por un mayor presupuesto de Defensa. Por otra parte, cree que el Ministro es el principal responsable del despido de Kramnik. Para Shoigú, la crítica de Kramnik no sería otra cosa que un ejemplo más de acción "híbrida" promovida por Occidente (15).
  • Otros comentaristas han interpretado la entrevista de Shoigú como un intento de posicionarse de cara a la sucesión de Putin (a corto plazo, como Primer Ministro, ya que el actual mandato de Putin no expira hasta 2024). En este sentido, Shoigú parece ofrecer un populismo con tintes sovietonostalgia, frente a la imagen tecnocrática de otros posibles candidatos (16).
  • Juntando quizá ambas posiciones, Mark Galeotti, de The Moscow Times (17), entiende que, tras años de "conformidad y conservadurismo", ya ha empezado el debate político dentro de la élite rusa. Un debate en el que la sucesión (aún relativamente lejana) es un punto central, pero en el que también se discuten algunas políticas pñublicas, cuestiones presupuestarias y nombramientos.

    

[1]      Para conveniencia del lector, utilizo la transliteración de su nombre que ofrece la versión española de Wikipedia. Este mismo criterio se seguirá con el resto de los nombres que aparezcan en el artículo. Como la biografía de Shoigú en la Wikipedia española es excesivamente escueta, los interesados en conocer más detalles pueden encontrarlos en las versiones rusa (https://ru.wikipedia.org/wiki/Шойгу,_Сергей_Кужугетович) o inglesa (https://en.wikipedia.org/wiki/Sergey_Shoygu).

[2]      Es, pues, tres años más joven que Putin.

[3]      No incluye la capital del país, que es por derecho propio uno de los sujetos de la federación reconocidos por la Constitución rusa. Cuenta con 44.300 km² (un 7% menos que Aragón) y 7.600.000 habitantes (como Cataluña).

[4]      Ver https://www.mk.ru/print/article/2373471/. La traducción española que ofrece translate.google resulta suficientemente inteligible.

[5]      Véase el punto 5 de este trabajo para una explicación más detallada.

[6]      Estos serían los dos puntos esenciales que Shoigú transmite en su entrevista: proximidad política a Putin, con cuya línea se identifica por completo, y capacidad ejecutiva.

[7]      En Rusia, son centros de “enseñanza superior militar” tanto los de formación como los de perfeccionamiento (la Academia del Estado Mayor General, por ejemplo). Estos últimos tienen un papel importante en el desarrollo de la teoría militar, la doctrina, los conceptos y los procedimientos.

[8]      Rusia solo dispone de un portaaviones, el Almirante Kuznetsov, que desde octubre de 2017 está en reconstrucción.

[9]      Puede encontrarse una breve explicación de la historia y funciones de los órganos políticos del Ejército soviético en https://tass.ru/info/5414711. La página está en ruso, pero su traducción automática al español (translate.google o similar) es bastante fiel.

[10]    Shoigú utiliza en la entrevista el término inglés.

[11]    Que condujo a la revolución de febreo de 1917 y, posteriormente, a la de octubre del mismo año.

[12]    Como puede verse, Shoigú no es un gran especialista en asuntos de la antigua Yugoslavia. Las comillas en torno a la palabra “democrático” figuran en el texto de Moskovski Komsomolets.

 [13]    No contamos una referencia anecdótica al hecho de que ambos son amantes del hockey y han jugado juntos en el mismo equipo. 

[14] La línea de Izvestia es próxima a la de las actuales autoridades rusas. El propio Kramnik está muy lejos de ser un periodista de oposición.
[15] FELGENGAUER, Pavel. Russia Completes Massive Tsentr 2019 War Games With Enhanced Chinese Partipation. Eurasia Daily Monitor: 16 Issue: 132 (26.09.2019). https://jamestown.org/program/russia-completes-massive-tsentr-2019-war-games-with-enhanced-chinese-participation/
[16] Ver, por ejemplo: TÓTH-CZIFRA, András. A competitive succession. Blog No Yardstck, 01.10.2019. http://www.noyardstick.com/?p=660
[17] GALEOTTI, Mark. Is This Russia´s Next Leader? The Moscow Times, 05.10.2019. https://www.themoscowtimes.com/2019/10/04/is-this-russias-next-leader-a67599

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