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31st of May 2017

IRLANDA DEL NORTE TRAS LAS ELECCIONES 2017: ¿UNA SERIA ADVERTENCIA AL PROCESO DE PAZ?

Fernando Martín Cubel
Máster en Relaciones Internacionales.
Miembro de SEIPAZ

El pasado día 2 de marzo de 2017 tuvieron lugar en Irlanda del Norte elecciones autonómicas provocadas por el colapso del gobierno de poder compartido norirlandés, que tras los acuerdos de Viernes Santo [1] está conformado por las dos grandes comunidades hasta entonces enfrentadas como son la católica y protestante (el Acuerdo de Viernes Santo obliga a las dos facciones rivales a compartir la responsabilidad de Gobierno). En este modelo de gobierno norirlandés el candidato de la fuerza más votada encabeza y dirige el ejecutivo como primer ministro (sea unionista/protestante o nacionalista/católico) siendo el candidato de la otra comunidad nombrado como viceprimer ministro. En el caso de la dimisión de uno de ellos provoca automáticamente la salida del otro y la inmediata convocatoria de elecciones anticipadas, y esto es lo que sucede tras la dimisión de Martin Mcguinness el pasado mes de enero, finalizando un período de diez años de estabilidad política.

Gráfico resultados elecciones [2]



Los resultados de marzo suponen el ascenso del Sinn Feinn que alcanza una cuota electoral del 27,91 % de los votos emitidos, mientras que el DUP unionista se mantiene como primera fuerza norirlandesa con el 28,06%. La participación en estas elecciones, cuando todavía no hace ni once meses de las anteriores, llega al 65 %, es decir un aumento del 10% respecto a las anteriores celebradas (una de las mayores participaciones electorales desde la aplicación de los acuerdos de paz), y sin perder de vista que esta nueva Asamblea norirlandesa reduce el número de escaños de 108 a 90. Este inédito nuevo proceso electoral viene provocado por la fulminante dimisión del ya fallecido Martin Mcguinness, quien ejercía el cargo de vice-primer ministro principal y que a raíz del conocimiento del caso de corrupción en las políticas de energías renovables por parte del ejecutivo norirlandés presidido por la líder del partido unionista DUP, Arlene Foster, quien hasta entonces, se había negado a investigar el funcionamiento de un plan  de incentivos para la energía renovable que ella misma había puesto en marcha en 2012. En realidad resultaba ser un problema más acumulado a la sucesión de serios roces políticos que se venían produciendo desde la llegada al poder de la unionista Arlene Foster que imprimió un tipo de política en cierta medida más agresiva en la cuestión clave de este territorio como resulta ser la convivencia entre las comunidades católica y protestante, un aspecto esencial para el asentamiento del proceso de paz norirlandés. Este nuevo ejecutivo, donde los católicos no contaban con una mayoría de bloqueo, adoptaba políticas como la eliminación de las becas para lengua irlandesa o el reiterado apoyo político y económico a los desfiles de las bandas orangistas. En el texto de su dimisión Martin Mcguinness expresaba y reiteraba su visión sobre la actual situación política norirlandesa [3]: “En los últimos diez años he trabajado con líderes del DUP y tendido la mano a los unionistas sobre la base de la igualdad, el respeto y la reconciliación. Durante este período las acciones del gobierno británico y del DUP han socavado las instituciones y han erosionado la confianza pública. Sinn Féin no tolerará la arrogancia de Arlene Foster y del DUP. Sinn Féin quiere igualdad y respeto por todos. De eso se trata este proceso. Hoy he presentado mi renuncia. Hoy es el momento adecuado para detener la arrogancia del DUP. No habrá retorno al statu quo”

Una de las primeras consecuencias en estas elecciones y tras la reforma electoral que conllevaba la reducción del número de escaños de 108 a 90, es el notable desgaste político de la primera ministra Arlene Foster del DUP (escándalo de las renovables y su decidida apuesta por un Brexit duro), la amplia ventaja que tenían los partidos unionistas sobre los nacionalistas se ha volatilizado en once meses. Los 18 escaños perdidos han resultado ser prácticamente unionistas (10 del DUP y 6 del UUP). La pérdida por el partido unionista DUP de al menos 10 escaños conlleva, entre otras cuestiones, no contar con la capacidad de bloqueo parlamentario establecido en los 30 escaños que hasta ahora permitía ejercer el veto parlamentario a cuestiones como el matrimonio homosexual, el aborto o la política lingüística norirlandesa, entre otras cuestiones. También, la inmediata dimisión del líder del otro partido unionista como es el UUP, Mike Nesbitt. Junto a esta erosión unionista está el paulatino ascenso del voto republicano, motivada por una mayor participación de la comunidad católica que ha sabido ser movilizada por la campaña electoral del Sinn Feinn. No hay que olvidar que en Irlanda del Norte su sistema electoral se fundamenta en el denominado “voto personal transferible” [4] que admite que el elector pueda escoger libremente entre personas y no tener que optar ante listas cerradas de distintos partidos políticos. A través de la papeleta donde están todos los candidatos de todos y cada uno de los partidos políticos, el elector señala en un número de orden a aquellos a los que quiere dar su voto en orden de preferencia. Este sistema permitía a la comunidad protestante votar otras opciones de políticas norilandés que bloqueaban el avance electoral del Sinn Feinn, de ahí la gran importancia del avance republicano norirlandés del Sinn Feinn.

Una segunda cuestión, y al igual  que sucede en Escocia e Inglaterra, es el nuevo papel que juegan las mujeres en la primera línea política norirlandesa, en este caso con la emergencia política en el liderazgo republicano norirlandés de Michelle O `Neill (quien sustituye desde el pasado mes de enero a Martin Mcguinness tras su decisión de retirarse de la vida política activa), y que supera con creces la prueba de fuego: por una parte, al ser elegida por 10.258 votos en su distrito de Mid Ulster, y también al quedarse a tan solo 1.168 votos el Sinn Feinn del UDP unionista. Junto a ella, la cuestionada líder del DUP Arlene Foster, y ex primera ministra de Irlanda del Norte, quien es responsable política del revés histórico no solo por la pérdida de diez diputados y, por tanto, la evaporación de la ventaja que tenía con respecto al Sinn Féin, sino porque por primera vez los unionistas no cuentan con mayoría absoluta en la Asamblea de Stormont, así como en el futuro reparto de las vacantes del gobierno norirlandés.

Por último, el pasado mes de junio de 2016, tuvo lugar el referéndum del Brexit, y el resultado en el territorio de Irlanda de Norte resultó ser el rechazo -por el 56% de los electores- al mismo. El Acuerdo de Viernes Santo, hace ahora 19 años, supuso la desaparición de las barreras fronterizas, los 20 puestos de vigilancia paramilitar a lo largo de 500 kms dejaban paso a cerca de 260 conexiones por carretera y al tránsito de más de 30.000 personas que no necesitan actualmente de pasaporte. Un día después de la celebración del Brexit, el Sinn Fein solicitaba la realización de un referéndum para permitir la reunificación con el territorio irlandés que no olvidemos pertenece a UE, Declan Kearney [5] afirmaba que “el actual gobierno británico había renunciado al mandato de defensa de la representación de los intereses de los ciudadanos en Irlanda del Norte, ya que este territorio no deseaba salir de Europa”.  Desde el mes de marzo de 2016, el Sinn Fein presionaba políticamente para actuar ante una posible salida de la UE si el referéndum resultaba a favor del Brexit. Para los partidarios del nacionalismo irlandés, el resultado de la consulta suponía reforzar una división de la isla. Este mismo año se presentaba a la luz pública el documento de discusión del Sinn Feinn “Towards a United Ireland” [6] como respuesta a los resultados del Brexit y que en expresión de su líder Gerry Adams [7] “Brexit is bad news for the people of Ireland, North and South. Nevertheless, it also opens up a unique opportunity to look again at a future beyond partition, sectarianism and division, and to a new and agreed united Ireland built in the interests of all the people of this island.” El debate sobre el futuro gobierno norirlandés es la primera cuestión a dilucidar, sin embargo la cuestión del Brexit resulta ser un factor nuevo en el proceso de paz iniciado hace 19 años, y que puede generar inestabilidad política, social entre las comunidades de Irlanda del Norte, en estas elecciones de marzo ha sido un elemento del debate electoral.

Sobre la Asamblea de Stormont pende entre tanto la guillotina del 'control directo' de Londres. El Gobierno británico ha dado un ultimátum a unionistas y republicanos para formar un ejecutivo de coalición antes del 18 de abril, a riesgo de perder la transferencia de competencias y volver a ser 'teledirigidos' desde Westminster.

31 de mayo de 2017




[1] Rocco Caira. Acuerdo de Viernes Santo y Derechos Humanos. http://www.deusto-publicaciones.es/deusto/pdfs/cuadernosdcho/cuadernosdcho45.pdf

[2] “El auge electoral del Sinn Féin provoca un giro histórico en Irlanda del Norte.” http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/03/05/el-auge-electoral-del-sinn-fein-provoca-un-giro-historico-en-irlanda-del-norte/

[3] Sinn Feinn. http://www.sinnfein.ie/contents/42984

[4] Chesus Yuste. “El sistema electoral irlandés” https://innisfree1916.wordpress.com/2007/02/28/el-sistema-electoral-irlandes/

[5]  Enora Ollivier “Brexit : les nationalistes d’Irlande du Norddemandent un vote sur la réunification del’île”.http://www.lemonde.fr/referendum-sur-le-brexit/article/2016/06/24/brexit-les-nationalistes-d-irlande-du-nord-demandent-un-vote-sur-la-reunification-de-l-ile_4957218_4872498.html

[6] Sinn Feinn “Towards a United Ireland” https://www.sinnfein.ie/files/2016/Towards-a-United-Ireland.pdf    

[7] Sinn Feinn “Towards a United Ireland” https://www.sinnfein.ie/files/2016/Towards-a-United-Ireland.pdf




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