Observatorio PSyD
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28th of June 2017
FRANCIA EN ORIENTE MEDIO
Fernando Martín Cubel
Máster en Relaciones Internacionales. Miembro de SEIPAZ
“In this, democratic Western countries have ended up following the same
approach as non-democratic countries, as they both seek to stabilise the
authoritarian status quo in the Middle East for the sake of economic benefit”
Lina Khatib [1]
Desde 1945, Francia ha luchado por mantenerse como figura importante en el escenario global. Y en este esfuerzo siempre vio a Estados Unidos como la fuerza central que intentaba disminuir su papel. Como miembro destacado de un gran gigante como es UE, demuestra a través de su acción estratégica, una importante presencia en el tablero internacional.
En el Capítulo Primero del Livre Blanc 2013 galo se puede leer lo siguiente: “Le destin de la France reste profondément lié à l’évolution globale du monde : du fait de sa géographie, de son historie, de sa langue, de l’ouverture de son économie et du rôle politique qu’elle veut continuer à jouer sur la scène internationale. Son avenir et sa prospérité en sont inséparables.” Para añadir más adelante: “La France maintient une présence globale sur la scène internationale, où elle dispose du deuxième réseau diplomatique dans le monde après celui des États Unis. Puissance millitaire reconnue, elle conserve une capacité d’intervention crédible qu’elle a mise en oeuvre à maintes reprises.” De estas palabras se desprende el interés francés por subrayar su determinante voluntad como estado miembro de la sociedad global por ser un actor influyente en el porvenir del mismo, su absoluta ligazón con el mundo globalizado, el reconocimiento de sus capacidades estratégicas y diplomáticas con las que puede actuar como un miembro destacado de dicha sociedad global. Ignacio Fuente Cobo [3] señala el conjunto de amenazas en las que la acción geoestratégica francesa centra su interés:
* Las “amenazas de la fuerza” considerando que, al menos hasta el 2025, el riesgo de que resurjan conflictos entre estados sigue estando presente. Ello es debido al aumento del gasto militar, especialmente en Asia; a las políticas expansivas de potencias como Rusia y China; a la desestabilización regional en áreas como el Oriente Medio; a la proliferación de las armas de destrucción masiva y, finalmente, a los ataques informáticos dirigidos desde ciertos Estados
* Los llamados “riesgos de la debilidad” de algunos estados que pueden terminar por convertirse en amenazas; esto supone un factor estratégico nuevo en el que algunos estados en África, Oriente Medio, o Asia, resultan incapaces de ejercer sus responsabilidades, los riesgos, por lo que las amenazas que surgen en su territorio pueden desbordarse rápidamente y afectar a la seguridad de Francia
* Las amenazas y los riesgos amplificados por la “globalización”: se refieren a las amenazas y los riesgos que pesan sobre los flujos de bienes, mercancías o personas, en constante aumento con la globalización económica; los riesgos para la seguridad marítima debido al incremento de la piratería; los riesgos terroristas que siguen presentes en el centro de las preocupaciones de seguridad de la mayoría de los países; el incremento exponencial de los riesgos mediante ciberataques contra las infraestructuras digitalizadas y las amenazas que pueden dirigirse contra el espacio extra-atmosférico.
Frente a este discurso oficial, bien estructurado, en el que se delimitan las capacidades de actuación, cabe preguntarse: ¿qué hace Francia en Oriente Medio?, ¿Cuáles son sus intereses en el área?, ¿sus aliados?, ¿supone su actividad estratégica un motivo de estabilidad y seguridad en la zona?, ¿qué podemos esperar en un futuro no muy lejano de la política del actual gobierno del Sr. Hollande?
1.- La presencia gala en el área
Los intereses en Oriente Medio por parte de Francia no han cambiado sustancialmente desde los gobiernos de Sarkozy a la actual presidencia de François Hollande basados en la existencia de una estabilidad regional, de un buen “mercado” de ventas de armas así como unos fiables proveedores energéticos.
Los datos de 2014 reflejaban la dependencia gala en el consumo de petróleo ya que cerca del 42% provenían de Oriente Medio, mientras que una quinta del consumo de gas era de esta área geográfica. Francia empezó a alejarse deLibia para acercarse a proveedores más estables como Arabia Saudí y Argelia, su dependencia de los proveedores árabes, sobre todo del Golfo, hace que Francia sea vulnerable al panorama altamente inestable de seguridad de la región. Las interrupciones en los flujos de energía debido a las tensiones con Irán o la frágil situación en Irak y Libia explican el deseo de Hollande de fortalecer las relaciones de Francia con Arabia Saudí, el mayor productor de petróleo del mundo y que actualmente es más estable que la mayoría de los países de la región, aunque bien es verdad que la “recuperación” de Irán a los mercados energéticos tras el progresivo levantamiento del régimen sancionador a comienzos de 2016, puede modificar su posicionamiento inicial. Barah Mihail señala: “Durante 2003-2012, Francia fue el tercer mayor inversor externo en Oriente Medio, representando el 6,2 por ciento del total de la inversión extranjera directa (IED) en la región. Durante ese período, Francia invirtió un total de 58 mil millones de dólares (24,6 mil millones en recursos y manufactura del petróleo; 8 mil millones en manufacturas no provenientes del petróleo; 12,6 mil millones en servicios comerciales; y 13 mil millones en bienes no comerciales)”. [5] El mismo autor y respecto al papel de la venta de armamento en el área deja datos sumamente interesantes, entre ellos su papel de exportador de armas en la región, entre 2005 y 2010 se situó como tercer mayor exportador de armas en O. Medio.
Los datos del propio Ministerio de Defensa francés expresaban bien a las claras que el 48% de las exportaciones en materia de defensa tienen como destino entre otros a Oriente Medio, Arabia Saudí representaba el 27,5% del total en 2013, junto a Catar, Omán entre otros [6]. En 2015, Francia también acordó la venta de treinta patrulleras rápidas a Arabia Saudita, el segundo importador de armas con inversiones por valor de 6.400 millones de dólares, que representan 10% del total mundial, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). París aprovechaba las divergencias entre el nuevo monarca Salman y Estados Unidos y el temor que provocan las ambiciones geopolíticas de Iránpara incrementar su presencia en este codiciado mercado; la firma por Kuwait de un acuerdo para la compra de armas terrestres, marítimas y aéreas por 2.500 millones de euros; en Egipto, el contrato para suministrar a El Cairo los dos portahelicópteros Mistral que París construía para Rusia. Suspendido este contrato por la crisis de Ucrania, Egipto ha comprado los buques por 950 millones de euros, el precio que Francia ha pagado a Moscú por la anulación del acuerdo. Cabe señalar el caso libanés donde Riad ha financiado las ventas de armamento francés por valor de varios millones de euros; la verdad es que es un mercado de gran sensibilidad para los intereses franceses, no tanto para una política gala de protección de los derechos humanos. Sin olvidar, que desde 2009 Francia cuenta con una base militar en Omán llamada “Campo de Paz” desde donde en estos momentos se ataca al Daesh dentro de la acción que lleva a cabo la coalición liderada por EEUU.
Francia, ante los cambios constantes en las diferentes dinámicas de Oriente Medio lleva a modificar sus apoyos sin tener que variar los aspectos básicos de su estrategia en la región fundamentada como bien he señalado antes en la estabilidad regional, la capacidad de venta de armas y el acceso a fuentes fiables de abastecimiento energético. Con Hollande, bien es verdad que se ha producido un cierto distanciamiento con Catar a cambio de mejorar sustancialmente sus relaciones con Arabia Saudí y EAU. Respecto de Irán, París no se sentía cómodo conel apoyo prestado por Teherán a al-Assad en Siria y tampoco con la influencia en Irak. Además, consideraba que las capacidades de defensa de Teherán ya le hacían apto en su capacidad de amenaza tanto a los países occidentales, así como a los de Oriente Medio y el Norte de África a través del desarrollo de misiles balísticos de largo alcance, cuestión de Israel. A Francia le preocupaba que el acceso de Irán a capacidades militares nucleares pudiera promover una proliferación nuclear en la región.
Sin embargo, con el regreso de Irán al escenario internacional, la acción gala ha reaccionado con gran celeridad. Atendiendo a una invitación oficial del presidente francés, el actual mandatario persa Hasan Rohani realizó una visita oficial el pasado mes de enero a Francia, en el que constató el interés por ambas partes en ámbitos tan esenciales para el futuro del país persa como empresas iraníes tanto privadas como gubernamentales para cooperar en los sectores de energía, petróleo, gas, petroquímica, agricultura tecnologías renovables, automotriz, minas, telecomunicaciones y la renovación de las aerolíneas y redes ferroviarias. Hasan Rohani afirmó en reunión mantenida con el canciller y el ministro de Economía franceses, Laurent Fabius y Emmanuel Macron, respectivamente, y un grupo de destacados empresarios galos“. Las cooperaciones de Irán y Francia no solo no perjudican a nadie, sino que contribuyen a la estabilidad y la paz en la región de Oriente Medio”. Un giro primoroso en la acción geoestratégica gala respecto a Irán
2.- Conclusiones
Mariano Aguirre, director del Norwegian Peacebuilding Resource Centre de Oslo, expresaba respecto a la acción estratégica gala [7]: “La política exterior francesa está configurada sobre varios pilares. El primero es la excepcionalidad (similar a la que tiene Estados Unidos) y la misión civilizatoria en la promoción de los derechos humanos y la democracia. El segundo es su participación en el sistema multilateral, donde tiene responsabilidades como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Francia busca que sus acciones, por ejemplo intervenciones militares, cuenten con el respaldo multilateral. Esto implica compatibilizar la idea de excepcionalidad con las reglas de las Naciones Unidas. El tercero es ser miembro de la Unión Europea.”
A comienzos de marzo de 2016, Francia concedió al príncipe heredero de Arabia Saudí la "Legión de Honor", la mayor distinción posible en Francia y un reconocimiento que solo se otorga a las personas que hayan realizado méritos extraordinarios. Una acción que representa la buena sintonía del estado francés con el reino saudita, anteponiendo en estos momentos la cuestión de los derechos humanos frente a sus prósperos negocios armamentísticos entre ambos países así como su lucha conjunta contra el DAESH. En estos momentos Francia, tras los atentados de París de 2015, ha centrado su acción bélica contra el terrorismo donde también tiene cabida los posibles acuerdos comerciales frente a una política distante en la protección y defensa de los derechos humanos o la aplicación del principio de condicionalidad en sus acuerdos comerciales con los países del área, su posición férrea ante la crisis de los refugiados en la UE es un buen ejemplo de ello.
Por último, será interesante seguir muy de cerca cómo se desenvuelve entre la posible distensión de Arabia Saudí e Irán, donde la diplomacia francesa tendrá un gran trabajo de desplegar dentro de su defensa de los intereses comerciales, la apertura de nuevos mercados a la economía gala y la posibles fricciones entre uno de sus mejores aliados en el área como es Arabia Saudí e Irán. El problema para Francia es que, a pesar de que la decadencia estadounidense le permita una posición retórica más fuerte, el nuevo escenario geopolítico, algo caótico, no es uno donde Francia realmente pueda remplazar a Estados Unidos como la línea dura. Hay otras naciones poderosas involucradas en Medio Oriente como para que Francia juegue el papel primordial ahí.
28 de junio de 2017
[1] Lina Khatib. “Conclusion: the perils of the pursuit of geopolitical interest”.
GEOPOLITICS AND DEMOCRACY IN THE MIDDLE EAST. http://fride.org/download/Geopolitics_and_Democracy_in_the_Middle_East.pdf [consultado,22 de marzo 2016]
[3] Ignacio Fuente Cobo. La política de Defensa en Francia: ¿El fin de la independencia estratégica?http://www.ieee.es/contenido/noticias/2016/03/DIEEEA14-2016.html[consultado, 20 de marzo 2016]
[5] BarahMikail. Las distintas alianzas de Francia en O. Medio. http://fride.org/download/PB_113_Las_distintas_alianzas_de_Francia_en_Oriente_Medio.pdf[consultado,22 de marzo 2016]
[6] BarahMikail.Op.cit
[7] Mariano Aguirre.http://www.caffereggio.net/2012/05/18/nueva-politica-exterior-francesa-de-mariano-aguirre-en-la-vanguardia/[consultado,2 de marzo 2016]
approach as non-democratic countries, as they both seek to stabilise the
authoritarian status quo in the Middle East for the sake of economic benefit”
Lina Khatib [1]
Desde 1945, Francia ha luchado por mantenerse como figura importante en el escenario global. Y en este esfuerzo siempre vio a Estados Unidos como la fuerza central que intentaba disminuir su papel. Como miembro destacado de un gran gigante como es UE, demuestra a través de su acción estratégica, una importante presencia en el tablero internacional.
En el Capítulo Primero del Livre Blanc 2013 galo se puede leer lo siguiente: “Le destin de la France reste profondément lié à l’évolution globale du monde : du fait de sa géographie, de son historie, de sa langue, de l’ouverture de son économie et du rôle politique qu’elle veut continuer à jouer sur la scène internationale. Son avenir et sa prospérité en sont inséparables.” Para añadir más adelante: “La France maintient une présence globale sur la scène internationale, où elle dispose du deuxième réseau diplomatique dans le monde après celui des États Unis. Puissance millitaire reconnue, elle conserve une capacité d’intervention crédible qu’elle a mise en oeuvre à maintes reprises.” De estas palabras se desprende el interés francés por subrayar su determinante voluntad como estado miembro de la sociedad global por ser un actor influyente en el porvenir del mismo, su absoluta ligazón con el mundo globalizado, el reconocimiento de sus capacidades estratégicas y diplomáticas con las que puede actuar como un miembro destacado de dicha sociedad global. Ignacio Fuente Cobo [3] señala el conjunto de amenazas en las que la acción geoestratégica francesa centra su interés:
* Las “amenazas de la fuerza” considerando que, al menos hasta el 2025, el riesgo de que resurjan conflictos entre estados sigue estando presente. Ello es debido al aumento del gasto militar, especialmente en Asia; a las políticas expansivas de potencias como Rusia y China; a la desestabilización regional en áreas como el Oriente Medio; a la proliferación de las armas de destrucción masiva y, finalmente, a los ataques informáticos dirigidos desde ciertos Estados
* Los llamados “riesgos de la debilidad” de algunos estados que pueden terminar por convertirse en amenazas; esto supone un factor estratégico nuevo en el que algunos estados en África, Oriente Medio, o Asia, resultan incapaces de ejercer sus responsabilidades, los riesgos, por lo que las amenazas que surgen en su territorio pueden desbordarse rápidamente y afectar a la seguridad de Francia
* Las amenazas y los riesgos amplificados por la “globalización”: se refieren a las amenazas y los riesgos que pesan sobre los flujos de bienes, mercancías o personas, en constante aumento con la globalización económica; los riesgos para la seguridad marítima debido al incremento de la piratería; los riesgos terroristas que siguen presentes en el centro de las preocupaciones de seguridad de la mayoría de los países; el incremento exponencial de los riesgos mediante ciberataques contra las infraestructuras digitalizadas y las amenazas que pueden dirigirse contra el espacio extra-atmosférico.
Frente a este discurso oficial, bien estructurado, en el que se delimitan las capacidades de actuación, cabe preguntarse: ¿qué hace Francia en Oriente Medio?, ¿Cuáles son sus intereses en el área?, ¿sus aliados?, ¿supone su actividad estratégica un motivo de estabilidad y seguridad en la zona?, ¿qué podemos esperar en un futuro no muy lejano de la política del actual gobierno del Sr. Hollande?
1.- La presencia gala en el área
Los intereses en Oriente Medio por parte de Francia no han cambiado sustancialmente desde los gobiernos de Sarkozy a la actual presidencia de François Hollande basados en la existencia de una estabilidad regional, de un buen “mercado” de ventas de armas así como unos fiables proveedores energéticos.
Los datos de 2014 reflejaban la dependencia gala en el consumo de petróleo ya que cerca del 42% provenían de Oriente Medio, mientras que una quinta del consumo de gas era de esta área geográfica. Francia empezó a alejarse deLibia para acercarse a proveedores más estables como Arabia Saudí y Argelia, su dependencia de los proveedores árabes, sobre todo del Golfo, hace que Francia sea vulnerable al panorama altamente inestable de seguridad de la región. Las interrupciones en los flujos de energía debido a las tensiones con Irán o la frágil situación en Irak y Libia explican el deseo de Hollande de fortalecer las relaciones de Francia con Arabia Saudí, el mayor productor de petróleo del mundo y que actualmente es más estable que la mayoría de los países de la región, aunque bien es verdad que la “recuperación” de Irán a los mercados energéticos tras el progresivo levantamiento del régimen sancionador a comienzos de 2016, puede modificar su posicionamiento inicial. Barah Mihail señala: “Durante 2003-2012, Francia fue el tercer mayor inversor externo en Oriente Medio, representando el 6,2 por ciento del total de la inversión extranjera directa (IED) en la región. Durante ese período, Francia invirtió un total de 58 mil millones de dólares (24,6 mil millones en recursos y manufactura del petróleo; 8 mil millones en manufacturas no provenientes del petróleo; 12,6 mil millones en servicios comerciales; y 13 mil millones en bienes no comerciales)”. [5] El mismo autor y respecto al papel de la venta de armamento en el área deja datos sumamente interesantes, entre ellos su papel de exportador de armas en la región, entre 2005 y 2010 se situó como tercer mayor exportador de armas en O. Medio.
Los datos del propio Ministerio de Defensa francés expresaban bien a las claras que el 48% de las exportaciones en materia de defensa tienen como destino entre otros a Oriente Medio, Arabia Saudí representaba el 27,5% del total en 2013, junto a Catar, Omán entre otros [6]. En 2015, Francia también acordó la venta de treinta patrulleras rápidas a Arabia Saudita, el segundo importador de armas con inversiones por valor de 6.400 millones de dólares, que representan 10% del total mundial, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). París aprovechaba las divergencias entre el nuevo monarca Salman y Estados Unidos y el temor que provocan las ambiciones geopolíticas de Iránpara incrementar su presencia en este codiciado mercado; la firma por Kuwait de un acuerdo para la compra de armas terrestres, marítimas y aéreas por 2.500 millones de euros; en Egipto, el contrato para suministrar a El Cairo los dos portahelicópteros Mistral que París construía para Rusia. Suspendido este contrato por la crisis de Ucrania, Egipto ha comprado los buques por 950 millones de euros, el precio que Francia ha pagado a Moscú por la anulación del acuerdo. Cabe señalar el caso libanés donde Riad ha financiado las ventas de armamento francés por valor de varios millones de euros; la verdad es que es un mercado de gran sensibilidad para los intereses franceses, no tanto para una política gala de protección de los derechos humanos. Sin olvidar, que desde 2009 Francia cuenta con una base militar en Omán llamada “Campo de Paz” desde donde en estos momentos se ataca al Daesh dentro de la acción que lleva a cabo la coalición liderada por EEUU.
Francia, ante los cambios constantes en las diferentes dinámicas de Oriente Medio lleva a modificar sus apoyos sin tener que variar los aspectos básicos de su estrategia en la región fundamentada como bien he señalado antes en la estabilidad regional, la capacidad de venta de armas y el acceso a fuentes fiables de abastecimiento energético. Con Hollande, bien es verdad que se ha producido un cierto distanciamiento con Catar a cambio de mejorar sustancialmente sus relaciones con Arabia Saudí y EAU. Respecto de Irán, París no se sentía cómodo conel apoyo prestado por Teherán a al-Assad en Siria y tampoco con la influencia en Irak. Además, consideraba que las capacidades de defensa de Teherán ya le hacían apto en su capacidad de amenaza tanto a los países occidentales, así como a los de Oriente Medio y el Norte de África a través del desarrollo de misiles balísticos de largo alcance, cuestión de Israel. A Francia le preocupaba que el acceso de Irán a capacidades militares nucleares pudiera promover una proliferación nuclear en la región.
Sin embargo, con el regreso de Irán al escenario internacional, la acción gala ha reaccionado con gran celeridad. Atendiendo a una invitación oficial del presidente francés, el actual mandatario persa Hasan Rohani realizó una visita oficial el pasado mes de enero a Francia, en el que constató el interés por ambas partes en ámbitos tan esenciales para el futuro del país persa como empresas iraníes tanto privadas como gubernamentales para cooperar en los sectores de energía, petróleo, gas, petroquímica, agricultura tecnologías renovables, automotriz, minas, telecomunicaciones y la renovación de las aerolíneas y redes ferroviarias. Hasan Rohani afirmó en reunión mantenida con el canciller y el ministro de Economía franceses, Laurent Fabius y Emmanuel Macron, respectivamente, y un grupo de destacados empresarios galos“. Las cooperaciones de Irán y Francia no solo no perjudican a nadie, sino que contribuyen a la estabilidad y la paz en la región de Oriente Medio”. Un giro primoroso en la acción geoestratégica gala respecto a Irán
2.- Conclusiones
Mariano Aguirre, director del Norwegian Peacebuilding Resource Centre de Oslo, expresaba respecto a la acción estratégica gala [7]: “La política exterior francesa está configurada sobre varios pilares. El primero es la excepcionalidad (similar a la que tiene Estados Unidos) y la misión civilizatoria en la promoción de los derechos humanos y la democracia. El segundo es su participación en el sistema multilateral, donde tiene responsabilidades como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Francia busca que sus acciones, por ejemplo intervenciones militares, cuenten con el respaldo multilateral. Esto implica compatibilizar la idea de excepcionalidad con las reglas de las Naciones Unidas. El tercero es ser miembro de la Unión Europea.”
A comienzos de marzo de 2016, Francia concedió al príncipe heredero de Arabia Saudí la "Legión de Honor", la mayor distinción posible en Francia y un reconocimiento que solo se otorga a las personas que hayan realizado méritos extraordinarios. Una acción que representa la buena sintonía del estado francés con el reino saudita, anteponiendo en estos momentos la cuestión de los derechos humanos frente a sus prósperos negocios armamentísticos entre ambos países así como su lucha conjunta contra el DAESH. En estos momentos Francia, tras los atentados de París de 2015, ha centrado su acción bélica contra el terrorismo donde también tiene cabida los posibles acuerdos comerciales frente a una política distante en la protección y defensa de los derechos humanos o la aplicación del principio de condicionalidad en sus acuerdos comerciales con los países del área, su posición férrea ante la crisis de los refugiados en la UE es un buen ejemplo de ello.
Por último, será interesante seguir muy de cerca cómo se desenvuelve entre la posible distensión de Arabia Saudí e Irán, donde la diplomacia francesa tendrá un gran trabajo de desplegar dentro de su defensa de los intereses comerciales, la apertura de nuevos mercados a la economía gala y la posibles fricciones entre uno de sus mejores aliados en el área como es Arabia Saudí e Irán. El problema para Francia es que, a pesar de que la decadencia estadounidense le permita una posición retórica más fuerte, el nuevo escenario geopolítico, algo caótico, no es uno donde Francia realmente pueda remplazar a Estados Unidos como la línea dura. Hay otras naciones poderosas involucradas en Medio Oriente como para que Francia juegue el papel primordial ahí.
28 de junio de 2017
[1] Lina Khatib. “Conclusion: the perils of the pursuit of geopolitical interest”.
GEOPOLITICS AND DEMOCRACY IN THE MIDDLE EAST. http://fride.org/download/Geopolitics_and_Democracy_in_the_Middle_East.pdf [consultado,22 de marzo 2016]
[3] Ignacio Fuente Cobo. La política de Defensa en Francia: ¿El fin de la independencia estratégica?http://www.ieee.es/contenido/noticias/2016/03/DIEEEA14-2016.html[consultado, 20 de marzo 2016]
[5] BarahMikail. Las distintas alianzas de Francia en O. Medio. http://fride.org/download/PB_113_Las_distintas_alianzas_de_Francia_en_Oriente_Medio.pdf[consultado,22 de marzo 2016]
[6] BarahMikail.Op.cit
[7] Mariano Aguirre.http://www.caffereggio.net/2012/05/18/nueva-politica-exterior-francesa-de-mariano-aguirre-en-la-vanguardia/[consultado,2 de marzo 2016]
f._martin_28_06_2017.pdf
