Peace, Security and Defence Chair

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23rd of April 2020

El RNBQ 1: la élite antiviral de las Fuerzas Armadas

Raúl Cesar Cancio Fernández
Académico Correspondiente Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
Doctor en Derecho
Letrado del Tribunal Supremo

Para el eficaz cumplimiento de las medidas incluidas en el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declaró el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, se atribuyó a las autoridades competentes delegadas, la facultad de requerir la actuación de las Fuerzas Armadas (FFAA), de conformidad con lo previsto en el artículo 15.3 de la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional.

            El artículo 15 de la citada disposición, que contempla las medidas para garantizar el abastecimiento alimentario, preveía asimismo la posibilidad que las referidas autoridades recabasen la movilización de las FFAA con el fin de asegurar el buen funcionamiento de lo dispuesto en el citado precepto.

            En aras de reforzar aún más esta intervención, la disposición adicional quinta, y de acuerdo con la adicional tercera de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la Carrera Militar, en relación con los artículos 15.3 y 16 e) de la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, reconocía a los miembros de las FFAA en el ejercicio de las funciones previstas en el real decreto el carácter de agentes de la autoridad.

            Al amparo de esta disposición, y a fecha de 12 de abril, un total de 89.780 militares han participado en la bautizada como Operación Balmis, habiéndose efectuado desde el pasado 15 de marzo en que se inició el despliegue, un total de 10.960 intervenciones en 1.207 poblaciones, entre las que pueden citarse las de apoyo a hospitales, centros de salud, centros sociales y residencias de la tercera edad, incluido la desinfección de las mismas; acciones de apoyo a dependencias de la Administración Pública, principalmente instalaciones de Guardia Civil y Policía Nacional, Juzgados y centros penitenciarios, así como, en estas últimas y trágicas semanas, el traslado de fallecidos a instalaciones habilitadas como el Palacio de Hielo, la Ciudad de la Justicia y Majadahonda, todos ellos en la Comunidad de Madrid.  Han realizado también labores de traslado interhospitalario de pacientes moderados entre diferentes hospitales de la Comunidad de Madrid y otros centros medicalizados como el Ifema, en cuya configuración, por cierto, intervinieron exitosamente el Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11 de Salamanca, así como el Cuartel General de la Brigada de Sanidad y la Logística de la Agrupación de Sanidad nº 1, también de Madrid.

            En cuanto a la intervención de los Mandos Componentes que participan en la Operación Balmis correspondientes a los Ejércitos, la Armada y la Unidad Militar de Emergencias (UME), ésta última lo ha hecho en 6.145 ocasiones; 2.864 el mando terrestre (LCC); 1.529 el componente naval (MCC) y 422  el aéreo (JFAC). A todo este personal desplegado debe añadirse, naturalmente, el personal sanitario militar que quedó igualmente activado desde el día 15 de marzo.

            Dicho todo esto, conviene recordar que, en puridad, solo una unidad en nuestras Fuerzas Armadas -la UME lo es únicamente en lo que respecta a su Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales- está facultada y cualificada para el reconocimiento y descontaminación de zonas infectadas; la  toma de muestras, nucleares, biológicas y químicas (NBQ), así como el apoyo al despliegue NBQ y de los laboratorios móviles de análisis de agentes NBQ. Y esa unidad no es otra que el Regimiento de Defensa NBQ, Valencia nº 1 (RNBQ1), creado el primero de marzo de 2005 y acantonado inicialmente en el Acuartelamiento San Juan de Ribera de Valencia, del que se trasladó en 2007 a la localidad de Paterna, instalándose en el Acuartelamiento Daoíz y Velarde, donde permanece en la actualidad, bajo el mando del teniente coronel Munielo.

            El RNBQ 1 está compuesto aproximadamente por 350 efectivos, encuadrados en la Unidad de Plana Mayor de Mando, el Batallón NBQ I/1 y la Unidad Técnica Específica, en la que se integra el Equipo de Muestreo e Identificación de Agentes Biológicos, Químicos y Radiológicos (SIBCRA en inglés), la unidad del Ejército con mayor grado de especialización para desarrollar y ejecutar operaciones de toma de muestras de agentes de tipo NBQ, siendo referencial para toma de muestras de uso legal.

            El Regimiento de Defensa NBQ  tiene como principal misión la de  apoyar a otras unidades militares en la defensa contra agresivos NBQ en cualquier escenario, anulando o neutralizando sus efectos. De ahí su importancia y su incardinación en lo que se conoce como Comunidad Ampliada de Operaciones Especiales (CAOE) o Unidades de Apoyo a las Operaciones Especiales (UAOE). De hecho, unidades similares al RNBQ 1 como el Войска РХБ защиты ВС РФ ruso, forman parte de sus fuerzas especiales, modelo organizativo que, sin embargo, no es seguido ni por el Chemical Corps norteamericano ni por el DCBRNC británico. 

            El RNBQ1 dispone de medios ligeros y pesados, tanto de reconocimiento como de descontaminación, dentro de una organización flexible que le permite adaptarse a cualquier tipo de misión o situacióna la que tenga que hacer frente, con capacidad para realizar la identificación de los agresivos NBQ en zonas próximas a donde se han utilizado mediante sus laboratorios desplegables.

            Es muy interesante el servicio que presta a la administración de justicia, merced al equipo especial de toma de muestras de agentes NBQ para uso legal ante los tribunales, con capacidad para transportar las muestras recogidas a los laboratorios de referencia designados para su completa identificación.

            Finalmente, mantiene convenios de colaboración con el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT); las Universidades; CEU Cardenal Herrera; UCV San Vicente Ferrer o la Universidad Politécnica de Valencia entre otras.

            El Regimiento está perfectamente cualificado para dar apoyo a las autoridades civiles para hacer frente a los efectos NBQ de las catástrofes naturales, accidentes industriales y atentados terroristas que usen este tipo de agresivos.

            En este sentido, la movilización del regimiento NBQ en la crisis del COVID-19 se produjo el pasado 17 de marzo, con una primera intervención en la Jefatura Provincial de Tráfico de Valencia, así como instalaciones de policía y bomberos de Baleares. Tres días después se desplegaron en la torre de control del aeropuerto de Barajas; en diversas instalaciones de seguridad de La Rioja; en una residencia de ancianos de Mendavia (Navarra) y en el centro de operaciones y comunicaciones de la ONU en Manises (Valencia). El 22 de marzo una unidad helitransportada se desplazó hasta el aeropuerto de Bilbao para desinfectar la torre de control y varias zonas de tránsito del aeropuerto. Por último, desde el pasado 13 de abril, un Equipo de Desinfección especializado en instalaciones con alta contaminación se ha integrado en el Mando de Ingenieros de Salamanca para la realización de patrullas de presencia, así como misiones de descontaminación en las provincias de Salamanca, Zamora, Cáceres, Ávila y Valladolid, con la finalidad de preservar la seguridad y bienestar de la población.

            Una vez más ha tenido que ser, lamentablemente, un suceso de insoportable dramatismo el que haya visibilizado el extraordinario nivel de cualificación y versatilidad de nuestras fuerzas armadas y, desde luego, su indiscutible enraizamiento en el tejido social y constitucional de nuestro país.

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